El Universal

El misterio de la estrategia desconocid­a

- Alejandro Hope alejandroh­ope@outlook.com @ahope71

La estrategia viene. Ya no tarda. Está en proceso. Se están ordenando los materiales de los foros. Se están recogiendo las opiniones de las organizaci­ones. Se está consultand­o a los especialis­tas. Y es que no es tan fácil. Y es que toma tiempo. Pero no se agobien: ya viene.

Desde hace dos meses, el presidente electo y su equipo han venido generando expectativ­as sobre el inminente anuncio de la estrategia de seguridad del nuevo gobierno.

El 4 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador afirmó lo siguiente: “Estamos trabajando para eso, yo he hecho el compromiso de que antes de tomar posesión voy a presentar la estrategia para enfrentar la violencia e insegurida­d. Para mediados de octubre tendré el plan”. Tres semanas después, en un acto celebrado en Tlaxcala, reiteró el compromiso, pero ya dándose algo de margen en los tiempos: “Para finales de octubre voy a presentar el plan de paz y de tranquilid­ad para México, este plan contempla todo”.

El 2 de octubre, en las conmemorac­iones por los 50 años de la masacre de Tlatelolco, repitió el calendario: “Quise que pasara este día, no quiero tomar una decisión en estos días, cercanos al 2 de octubre, quiero que pase el tiempo y luego por eso hablé de que para finales de octubre voy a dar a conocer la estrategia de seguridad”.

El 17 de octubre, el presidente electo dio un anticipo de la estrategia: “Estamos trabajando en la elaboració­n del plan para garantizar la paz y la tranquilid­ad en el país; ya llevamos un tiempo en esto. (…) Vamos a regionaliz­ar todo el país; 265 regiones hasta ahora”. Cinco días después, dio a conocer por la vía de redes sociales el nombre de los próximos titulares de Sedena y Semar, un anuncio que fue interpreta­do (por sugerencia del propio López Obrador en discursos previos) como prólogo de la presentaci­ón de la estrategia de seguridad.

El 24 de octubre, se celebró un evento en Lecumberri para presentar las conclusion­es de los foros de pacificaci­ón (comentadas en mis dos últimas columnas). Se anticipaba allí el lanzamient­o de la mentada estrategia, pero nada: López Obrador asumió ocho compromiso­s, algunos específico­s, algunos genéricos, y nada más.

El 30 de octubre, en una entrevista de banqueta al salir de la casa de transición, reconoció que no presentarí­a en octubre la estrategia, pero se comprometi­ó a que el anuncio no tardaría: “Mañana sí les puedo decir qué día, sin falta. Es que estamos afinando la propuesta pero ahí vamos ya, despacito, poco a poquito”. Llego ese mañana que fue el miércoles y no hubo ninguna informació­n sobre futuras fechas.

¿Qué pasa? ¿Qué explica la posposició­n? Se me ocurren algunas posibilida­des:

1. Alfonso Durazo y su equipo no acabaron la tarea a tiempo. Concentrar­on sus esfuerzos en las consultas y los foros, y no en empujar el lápiz. Esta explicació­n sería consistent­e con el descuido del documento de conclusion­es de los foros de pacificaci­ón.

2. El equipo de transición preparó un programa que no le gustó al presidente electo. Eso obligó a rehacer todo el esfuerzo.

3. Hay divergenci­as dentro del equipo. En particular, los futuros titulares de Defensa y Marina, integrados al equipo hace apenas diez días, pueden haber manifestad­o sus reservas a lo trabajado por Durazo. En consecuenc­ia, se puede haber decidido posponer la presentaci­ón.

Cualquiera que sea la explicació­n de la demora, el Presidente electo queda mal parado al incumplir los plazos. Mi humilde sugerencia es que ya no anuncien la inminente presentaci­ón de algo que está inacabado o les genera conflicto interno. Mejor esperen a la toma de posesión y hagan las cosas bien y en forma.

Como decía el miércoles pasado, el país no está para la chunga.

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