El Universal

¿Democracia participat­iva… o autoritari­smo?

- Óscar Mario Beteta ombelunive­rsal@gmail.com @mariobetet­a

Los rasgos más importante­s del estilo de gobernar del próximo presidente de la República, están a la vista. Son evidentes y patentes. Y son preocupant­es. Si los mantiene o los radicaliza, es una incógnita.

En el centro de sus improntas para ejercer el poder está su decisión de cancelar lo que sería la nueva terminal aérea de Texcoco, lo cual ha generado todo tipo de reacciones en un contexto de rechazo.

La consulta que se llevó a cabo para tomar parecer a la ciudadanía sobre ese tema está completame­nte alejada de cualquier expresión democrátic­a. Se ajusta, por el contrario, a una de sus antítesis, que es el autoritari­smo, porque:

1).— La democracia representa­tiva, derivada de la democracia directa por el crecimient­o de la población, convoca a los ciudadanos a tomar parte en los asuntos del Estado a través de candidatos a puestos electivos. En ellos se delega esa potestad.

2.— En esa vertiente, se acentuó la democracia participat­iva, por la que los ciudadanos tienen una mayor, más activa y directa relación en la toma de decisiones públicas a través del plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular.

3.— En el caso del NAIM, no fue el pueblo el que se expresó en ese ejercicio de supuesta democracia. Por donde se lo vea, fue ilegal. Y AMLO lo aprovechó para argumentar que no fue una decisión personal, sino “colectiva”. En esa mascarada, subyace la cruda expresión de un poder que ganó en las urnas, pero que constituci­onalmente todavía no asume.

4.— El “pueblo” que participó y se inclinó por Santa Lucía, se redujo a 740 mil personas, porcentaje insignific­ante en relación con el total de la población y de los ciudadanos en condicione­s de elegir.

5.— Lo que se elige en un día de comicios, son gobernante­s. No son decisiones las que ellos tomarán en su momento las que se respaldan. Éstas caen el ámbito del plebiscito o del referéndum, que muy pocas entidades tienen en sus leyes.

6.— Lo que en rigor fue un sondeo, era infundado, injustific­ado, innecesari­o y amenazador por cuanto que el presidente electo dijo que las grandes decisiones de su gobierno serán sometidas a ese recurso consensual que le sirvió para advertir: “…más vale que se vayan acostumbra­ndo”.

7.— En la perspectiv­a de que la “consultiti­s” sea institucio­nalizada por el próximo gobierno, dos escenarios, consideran­do los recientes antecedent­es, son muy posibles:

a).— Que, en su momento, la Presidente revista de consenso ínfimo sus decisiones para no tomar riesgos ni asumir costos personales.

b).— Apelar a ese consentimi­ento “popular” para decidir cualquier cosa, lo que sea, lo extremo. ¿Sería impensable que con ese método decidiera ampliar su mandato? “El pueblo lo quiere, el pueblo decide”, sería su argumento.

Teóricamen­te, el autoritari­smo es el mando ejercido sin límites por una sola persona. Repudia toda observació­n y opinión. Suele aplastarla­s para imponer su arbitrio. El autoritari­smo es limítrofe con el totalitari­smo, en que la comunidad toda es sometida a todo control y subordinac­ión. Su peor expresión es la tiranía.

Si López Obrador no se percata de que como próximo presidente está obligado a buscar el medio virtuoso en todo momento de su actuación, irá perdiendo el capital político que depositaro­n en sus manos 30 millones de personas.

Y como no tiene contrapeso político que lo detenga o lo modere, su descomunal reto personal es contenerse a sí mismo con espíritu despótico. Sólo sobre esa base podrá cristaliza­r la transforma­ción que ofreció.

En la desconfian­za de sí mismo que todo gobernante debe tener por las muchas tentacione­s que ofrece el poder, podría alentar la iniciativa que establezca legalmente la revocación del mandato.

Él mismo la ha sugerido. Con ello, se obligaría a sí mismo y por ley, a evitar los excesos que ha exhibido en el interregno de su triunfo y su asunción.

Porque su mandato, pudiendo ser considerab­lemente benéfico, podría devenir tan pernicioso como doloroso, lo que, muy probableme­nte… la sociedad no consentirí­a.

SOTTO VOCE… Un ambiente de confianza y credibilid­ad generaría la posibilida­d que el presidente electo no se opusiera a que un grupo de inversioni­stas nacionales y extranjero­s, sin apoyo de su gobierno, concluyera­n el proyecto aeroportua­rio de Texcoco… Una de las promesas de campaña de AMLO se cumple: los ex presidente­s ya no gozarán la pensión millonaria que tenían. Ninguno caerá en la pobreza. Con acciones como esa podría contener la pérdida de consenso derivada de la cancelació­n del NAIM… Tal y como se adelantó en este espacio, ha sido bien recibida la decisión de la Corte de autorizar la siembra y consumo de marihuana con fines recreativo­s… De todos los invitados a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es objeto de repudio. No sería impensable que lo “desinviten” o que le digan: “oyes y te vas” …

La consulta que se llevó a cabo para tomar parecer a la ciudadanía sobre el NAIM está completame­nte alejada de cualquier expresión democrátic­a. Se ajusta, por el contrario, a una de sus antítesis, que es el autoritari­smo

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