Promotor cultural deja legado de exposiciones
Antonio Cazabal Castro es recordado por los habitantes de Huaquechula, Puebla, como el mejor promotor cultural. Uno de sus logros fue convencer al Museum of Mexican Art, en Chicago, de realizar dos exposiciones sobre las ofrendas de tres metros de altura que se elaboran en este municipio en Día de Muertos.
Sin embargo, hace dos meses lo asesinaron a sangre fría, con cinco balazos le arrebataron su último sueño: vivir en Estados Unidos para, desde el otro lado de la frontera, seguir promoviendo la cultura local.
El joven también creó un grupo de danza, ayudó en la realización del documental Atlixcáyotl: una mirada a través del pueblo, el cual fue proyectado en Nueva York, y creó el Festival Feria de los Muertos Huaquechula, que esta temporada vivió su segunda edición.
Después del terremoto del 19 de septiembre, cuando las iglesias y museos de la localidad se derrumbaron, un grupo de jóvenes pensó que era necesario crear eventos para atraer al turismo. Fue así como crearon el evento con 40 catrinas de dos metros y un panteón simulado.
La muerte de Antonio no detuvo los preparativos, pues “él ya había dejado muchas cosas organizadas. “Lo que sí nos costó mucho trabajo fue conseguir ayuda económica de personas y organizaciones porque Thon ya tenía todos los contactos. En total se necesitan casi 180 mil pesos para organizar el festival, y hemos batallado con eso”, explica José Núñez, uno de los organizadores.
El recuerdo. Fue el 28 de octubre pasado cuando la mamá de Antonio, Ricarda Castro, construyó una ofrenda monumental para recordarlo. Al menos 800 personas acudieron a su casa para recibirlo.
En esta temporada de Día de Muertos, en Huaquechula se construyeron otros 34 altares de tres metros para recibir a quienes fallecieron en el último año. Se trata de edificaciones que pueden alcanzar costos de 50 mil pesos, según algunos pobladores, y están abiertas al público durante una semana. Esta tradición data de decenas de años.
Otra costumbre es invitar a comer cualquier persona que llegue a una casa donde hay una ofrenda.
Todas las ofrendas monumentales que se realizan cada año en Huaquechula se dividen en tres niveles: el primero representa lo terrenal, donde se colocan los objetos que la persona añoraba en vida; el segundo, el cielo, y el tercero está adornado comúnmente con un crucifijo que representa todo lo divino.
En el caso de Antonio, la gente no habla de su asesinato por respeto, “porque preferimos recordarlo por lo que hizo y no por su muerte”. Pero aclaran que, después de dos meses del hecho, las autoridades aún no han dado con el responsable.
“La muerte de Antonio no detuvo los preparativos, puesto que él ya había dejado muchas cosas organizadas. “Lo que sí nos costó mucho trabajo fue conseguir ayuda económica de personas”
“Thon ya tenía todos los contactos. En total se necesitan casi 180 mil pesos para llevar a cabo el festival, y hemos batallado con eso” JOSÉ NÚÑEZ Organizador de festival