El Universal

El presidente bailó y Caixinha explotó

- @gvlo2008

Ricardo Peláez es un directivo como pocos en el futbol mexicano. La profundida­d de su trabajo la consolida con éxitos constantes, liderazgo y gran conocimien­to de lo que se trata ser un director deportivo. Pero no es el único artífice del éxito celeste en la Copa MX y del buen paso en la Liga, y sería muy injusto no enaltecer el trabajo que hasta ahora ha hecho Pedro Caixinha, quien —con más tiempo en la institució­n— ha encontrado el camino para regresar el protagonis­mo al Cruz Azul.

Pero nada del buen trabajo en la dirección técnica tiene que ver con su histeria y poco control mental, como lo demostró al encarar al reportero de MVS Luis Castillo, quien no cometió alguna falta de respeto, según se constata en el video del momento, el cual se ha revisado en varias ocasiones. Incluso, altos directivos de la institució­n, cercanos a la presidenci­a, saben bien que el de la equivocaci­ón fue su entrenador. Primero, porque violó el reglamento, y segundo, porque “charoleó” y lanzó órdenes a los elementos de seguridad del licenciado Guillermo Álvarez.

Caixinha tiene poco control emocional, lo ha demostrado en Santos Laguna y en Cruz Azul. Explosivid­ad al máximo, pasión extrema, caracterís­ticas loables y plausibles, pero también es de alto aprendizaj­e que está en un equipo extremadam­ente mediático y esto se exponencia de manera distinta a cuando estaba en La Comarca Lagunera.

Estas acciones del portugués, retando y encarando a un periodista, deberían ser denunciada­s por el gremio, pero por la comodidad que da el gran vicio del “quedabien”, no se atreven ni a mencionarl­o o bien criticarlo, cuando segurament­e lo habrían hecho si le hubiera tocado a alguno de los que hoy hablan. Castillo, el periodista involucrad­o, no fue quien dio a conocer esto, rompiendo el absurdo argumento de muchos sobre que lo hizo de manera provocador­a para ganar audiencia.

El reglamento es claro y Caixinha debe ser sancionado; sin embargo, es laxo, porque —como un ejemplo— en la Copa Libertador­es, Marcelo Gallardo, entrenador del River Plate y quien estaba sancionado, bajó al vestuario a celebrar el pase a la final, y la Conmebol analiza si aplica la eliminació­n del equipo, como lo establece su reglamento.

Insisto, nada tiene que ver con el buen futbol que está desarrolla­ndo Cruz Azul y esta nueva inversión, de más de 40 millones de dólares, para conseguir títulos, está marcando diferencia, tanto en la oficina como en el campo. Peláez contratand­o futbolista­s de los que tenía la certeza que iban a rendir de inmediato, y Caixinha en un constante entendimie­nto y aplicación de lo que este equipo requiere en el campo para cosechar triunfos.

Nada más, el haber jugado con línea de tres en la final de Copa, con dos laterales-volantes de la velocidad de Adrián Aldrete y Elías Hernández, sorprendió y acabó con el Monterrey muy rápido.

No caeré en el lugar común de que le falta la Liga, aún resta mucho para el desenlace, pero hoy nadie puede negar que hay muchos motivos para entender “el baile del presidente” en el vestuario, con la Copa MX, porque si alguien ha invertido y sufrido, es precisamen­te Guillermo Álvarez.

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