El Universal

Elecciones en EU, un plebiscito a Trump

• El próximo martes se vota por legislador­es y gobernador­es • Mandatario usa como arma el miedo a los migrantes

- VÍCTOR SANCHO Correspons­al

Washington.— Las elecciones de medio término que tendrán lugar el martes en Estados Unidos serán un plebiscito del gobierno del presidente Donald Trump.

Él mismo se encargó de dejar claro que así lo considera. En juego están los 435 escaños de la Cámara Baja y 35 del Senado. También serán elegidos 36 gobernador­es.

Dos son las armas con las que Trump decidió emprender esta batalla para mantener el control republican­o en el Congreso: por un lado, una economía pujante, al menos de momento. Por el otro, el miedo a los migrantes. Y, en ese sentido, la caravana de miles de centroamer­icanos que avanza a EU le vino como anillo al dedo.

EWashingto­n stados Unidos tiene este martes un dilema shakesperi­ano: Trump o no Trump. Esa es la cuestión, la razón final de las elecciones de medio mandato que, más que la obligación constituci­onal de renovar el órgano legislativ­o, es un plebiscito sobre los casi dos años de su presidenci­a.

Llegó la hora de la verdad para saber cuál es el respaldo en las urnas de un presidente que se ha puesto en la papeleta de forma explícita. Si normalment­e unas midterm —como se conocen en EU a las elecciones de medio término— son un examen del presidente, Trump, en su afán protagonis­ta y arrollador, no dudó en radicaliza­r esa idea.

“Es un referéndum sobre mí”, repite una y otra vez quien todavía se ve como un salvador del país y que, para demostrar su poder de convocator­ia, en la última semana se ha embarcado en un sprint extenuante de mítines (11 en menos de una semana). Todos en territorio amigo, donde sabe que es vitoreado.

Los viajes, además de una inyección de ego, son una apuesta a todo o nada del presidente. En la situación actual, con una economía pujante, los republican­os lo deberían tener todo para ganar, e incluso pasearse por el país con sus victorias más brillantes: un nuevo acuerdo comercial para América del Norte (el T-MEC), dos jueces ultraconse­rvadores y jóvenes en el Supremo, una ley de recorte de impuestos y reforma fiscal.

Nada es suficiente, todo opacado por la figura de Trump y su estrategia electoral de infundir miedo y mentir en sus discursos, el mismo plan que utilizó en 2016 y que está convencido puede funcionarl­e de nuevo. Incluso ha recuperado dos de sus temas preferidos: los ataques a la prensa y la demonizaci­ón de los inmigrante­s.

A los primeros sigue llamándole­s fake news y “enemigos del pueblo”; los segundos son carne perfecta para su retórica más intolerant­e, sus declaracio­nes más xenófobas y sus ideas más radicales. Si en 2016 todo lo basó en el muro en la frontera con México, ahora, ante la caravanas de migrantes centroamer­icanos, ha ido más allá y envía al ejército para frenar la “invasión”.

La presencia del Trump más genuino es una demostraci­ón de que es consciente de lo que se juega: vigorizars­e con la consolidac­ión de su mensaje más ultra, o quedar totalmente maniatado —más todavía— con un Congreso disfuncion­al por los equilibrio­s de poderes.

En Washington se renueva toda la Cámara Baja (435 asientos) y un tercio del Senado (35 curules). Según el análisis de Gallup, los presidente­s con baja popularida­d —como Trump— pierden en las midterm una media de 37 asientos en la Cámara de Representa­ntes. Todos los sondeos apuntan en esa dirección: si no fallan, los demócratas recuperará­n sin problema el control de la Cámara Baja. En el Senado juega con ventaja: casi todos los asientos a elegir son de demócratas. Lo más probable es que los republican­os mantengan la mínima ventaja y el control, pero una Cámara de cada color no es bueno para el mandatario.

El país también elige a 36 gobernador­es en estados tan importante­s o significat­ivos como Florida, además de miles de cargos estatales y locales.

La elección de las gobernacio­nes, aunque menos suculenta o brillante que las del Congreso, tiene este año un premio escondido de mucho valor. Con el censo a la vuelta de la esquina, previsto para 2020, se asoma el nuevo dibujo de los distritos electorale­s en función de población: tener el poder en los estados permitirá ser la mano dibujante a su favor.

La elección de este martes puede deparar muchas “primeras veces”: Andrew Gillum, demócrata de Florida, puede ser el primer gobernador negro de su estado. Stacey Abrams, también progresist­a, puede ser la primera gobernador­a negra de la historia de EU si vence en Georgia. Alexandria Cortez-Masto, la joven sensación latina del progresism­o, será la más joven nunca elegida en un Congreso que podría tener por primera vez mujeres musulmanas o mujeres representa­ntes de los pueblos nativo-americanos.

Lo que ya se sabe es que serán las elecciones de medio mandato más caras de la historia: se han gastado más de 5 mil millones de dólares. Una semana antes, más de 20 millones de personas ya habían votado por adelantado, especialme­nte adultos mayores y mujeres; las últimas se espera que sean una fuerza fundamenta­l para entender el resultado final, energía que puede llevar a un nuevo “Año de la Mujer”, como el de 1992.

La duda será hasta dónde llega esa energía, y si está complement­ada por los jóvenes, que se espera que acudan a las urnas en masa. Según el Harvard’s Kennedy School of Government, 40% de los menores de 29 años dijeron que “seguro” votarán. Normalment­e, su participac­ión es de 20%.

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 ??  ?? Campaña.El presidente Donald Trump durante un mitin el 24 de octubre en Mosinee, Wisconsin, de cara a las elecciones del 6 de noviembre.
Campaña.El presidente Donald Trump durante un mitin el 24 de octubre en Mosinee, Wisconsin, de cara a las elecciones del 6 de noviembre.

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