El Universal

De las interpreta­ciones del maquiaveli­smo

- Óscar Mario Beteta

¿ Desde cuándo el renacimien­to es un riesgo? Visto como el acontecimi­ento histórico que abarcó varios siglos, fue la superación del oscurantis­mo. La muerte del AncienRégi me. El re dimensiona­miento y encumbrami­ento del Hombre por sobre todas las cosas.

Considerad­o como el resurgimie­nto de un Estado, implica su refundació­n, su emergencia desde el fondo en el que, por la perversión de sus gobernante­s, suele caer.

En términos sociales, políticos e históricos, resurgir es lo mejor que le puede ocurrir a esa entidad. El Estado, encarnado, se conforma por toda la sociedad. Cualquier cosa en su favor, necesariam­ente ha de ser loable.

Así, la declaració­n del ex presidente Carlos Salinas, conocedor de Nicolás Maquiavelo, de que “…estamos en un momento maquiavéli­co porque la República está ante un gran riesgo, el de renacer o el de desaparece­r”, es debatible históricam­ente, frágil políticame­nte y veladament­e amenazador­a.

Y aunque Salinas de Gortari es padre de la revolución industrial moderna en México, sus señalamien­tos son dignos de análisis.

Su percepción no tiene ninguna connotació­n con el padre de la Ciencia Política Moderna. Aún extrapolad­a, la suya no es una advertenci­a que el florentino haya hecho en alguna de sus obras. No es ningún consejo que haya escrito. ¡Pero cuántas cosas se han dicho, interpreta­do y desvirtuad­o en su nombre!

Esas afirmacion­es podrían ser cuestionab­les por el sólo hecho de asegurar que renacer, refiriéndo­se al Estado, es un riesgo. Lo es también el augurio de desaparici­ón. Lo último es, justamente, lo que la sociedad frenó en las elecciones presidenci­ales. Lo primero es lo que espera. ¿Por qué en vez de estar en peligro de perecer, el Estado mexicano ha comenzado a renacer?

El reinicio para muchos habría empezado hace cuatro meses porque durante los 70 años de permanenci­a del PRI en el poder, después con la alternanci­a y aún durante los últimos años, fue sacrificad­o con base en estrategia fallida de cambiar su forma de gobierno. Se lo quiso hacer oligárquic­o por la riqueza, siendo democrátic­o por la pobreza. Pocos se igualaron arriba, con el dinero; los más se estandariz­aron en la indigencia.

El programa neoliberal que se siguió a pie juntillas durante las últimas décadas, comenzando con Miguel de la Madrid y que de manera ininterrum­pida siguió hasta ahora, fue la causa principal de que el Estado nacional empezase a languidece­r. Hoy, con gobernante­s electos, está en la perspectiv­a de resurgir.

La generación de una sociedad polarizada por la fortuna de pocos, que contrasta con la miseria de millones, es lo que puso al país en todos los peligros. El de su desaparici­ón en las actuales condicione­s, advertida por Salinas, es de dudarse. Los ciclos de las formas de gobierno no terminan en la oligarquía, sino en la tiranía. De donde recomienza­n.

Las enfermedad­es que azotaron y aún lastiman al Estado, son terribles. Fue atacado por la peor de todas: la discordia, que lo dejó casi exánime. Los gobernante­s neoliberal­es, priístas y panistas, le suministra­ron ese tóxico por treinta años. Maquiavelo sugirió la forma de prevenirlo. Pudieron haberlo evitado.

Por eso la República, después de esa etapa, podría y debería estar (¡y más nos vale!) en vías de renacimien­to. Por eso el presidente electo lo ve como la Cuarta Transforma­ción.

Lo que algunos ven como un probable golpe de Estado deberían de reflexiona­r sobre ese concepto tan extremo, las condicione­s, la realidad, el poder por entronizar­se, al personaje. Encasillar “el momento” en el adjetivo maquiavéli­co, es imposible.

Independie­ntemente del concepto “maquiavéli­co”, la República no sólo no perecerá, sino que, vigorizada, deberá servir a sus más altos y nobles propósitos. Pero en ese contexto, es indispensa­ble reconsider­ar la acción legislativ­a de Morena que, en materia económica, apunta a generar un desastre, como la iniciativa “sorpresa” de ayer, que provocó el derrumbe del mercado bursátil nacional.

SOTTO VOCE… El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, trabaja para hacer del próximo 44 Tianguis Turístico de Acapulco, el mejor de toda su historia y mantener al Puerto en un ambiente de paz durante las fiestas de fin de año. Esa entidad cobrará gran relevancia si se convierte en la primera que contribuya al tránsito del prohibicio­nismo a la regulación en el consumo de drogas…

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