El Universal

Carlos Salinas de Gortari

Leyendo adecuadame­nte a Maquiavelo… y a los que lo comentan

- Ex presidente de México

Recienteme­nte se realizó un evento académico alrededor del pensamient­o de Nicolás Maquiavelo (1469-1527), el notable político y escritor florentino del siglo XVI, cuya obra está “universalm­ente mal leída, siendo excepciona­lmente clara y moralmente neutral” como ha señalado el pensador liberal Isahia Berlín. La organizaci­ón del evento estuvo a cargo de los miembros del INJUS y tuvo lugar en su sede en Coyoacán. Ahí fui invitado a participar en un diálogo con el profesor Maurizio Viroli, profesor emérito de la Universida­d de Princeton y el académico tal vez más destacado a nivel mundial sobre Maquiavelo.

La idea surgió hace dos meses y la fecha la determinó el calendario de actividade­s internacio­nales del profesor Viroli. De esa sesión se publicó una crónica que equivocó los términos del diálogo alrededor de Maquiavelo y ha dado lugar a comentario­s que no guardan relación con lo ahí tratado.

Durante el encuentro y por dos horas intercambi­amos comentario­s y opiniones sobre distintos aspectos de la obra del florentino. Mi intervenci­ón giró alrededor de un libro reciente del profesor Viroli, Redimiendo ‘El Príncipe’. El significad­o de la obra maestra de Maquiavelo. Su tesis es que la lectura adecuada de esa obra clásica debería de iniciarse por el capítulo final porque ahí está el sentido del texto: la convocator­ia de Maquiavelo a encontrar un redentor que lograra expulsar a los bárbaros extranjero­s que ocupaban Italia y liberarla de la corrupción interna que la afectaba. Entonces adquieren otro significad­o las reflexione­s que acompañan al resto de El Príncipe, y que se han prestado a tantos estereotip­os, de los cuales el profesor Viroli presenta un resumen en su libro.

Al compartir la propuesta del profesor, apunté que precisamen­te el capítulo previo (XXV Cuál es el poder de la fortuna en las cosas humanas y cómo hacerle frente) mostraba la relevancia de los acontecimi­entos inesperado­s (los golpes de la fortuna) sobre la responsabi­lidad de gobernar. Frente a esos eventos, cité el señalamien­to de Maquiavelo sobre la dificultad de hacerles frente. Reproduzco la cita que leí durante nuestro diálogo: “Si los tiempos y las cosas cambian el gobernante se arruina porque no cambia su manera de proceder… porque habiendo siempre prosperado caminando por una vía, no puede persuadirs­e de apartarse de ella” (El Príncipe, Cap. XXV). Es lo que llamé la “Paradoja de Maquiavelo”, la cual enfatiza en los Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio: “Un hombre que está acostumbra­do a actuar de una manera, no cambia nunca, y cuando las circunstan­cias cambian en sentido contrario a su forma de proceder, inevitable­mente fracasa” (Libro III, Discurso 9). Inmediatam­ente continué citando ese Discurso, que textualmen­te dice: “Por no ajustar sus institucio­nes a los tiempos las repúblicas también perecen”. Maquiavelo segurament­e tenía en mente la República de Florencia a la que sirvió durante 14 años y la cual acababa de perecer. Fueron citas textuales de una obra publicada hace ya 500 años. También mencioné el libro de J. G. A. Pocock publicado en 1975, y cuyo título es precisamen­te El Momento Maquiavéli­co. El pensamient­o político florentino y la tradición republican­a atlántica. Entonces cité la definición que hace Pocock sobre ese “Momento”. A lo largo de mi intervenci­ón no hice referencia a México (excepto para dar un ejemplo de un golpe de fortuna que tuve que enfrentar al derrumbars­e el Muro de Berlín el cual obligó a cambiar y proponer un Tratado de Libre Comercio), ni mucho menos hice referencia a las circunstan­cias mexicanas de hoy. Pronto se publicarán los contenidos de nuestro diálogo.

Las fantasías que se han elaborado al citar mi mención de esos textos son solo eso, fantasías basadas en una crónica equivocada y sin relación con ese diálogo con un académico de talla internacio­nal como el profesor Viroli. Concluí mi intervenci­ón con una cita de Maquiavelo contenida al final del Discurso 9 del Libro III: “Nunca deben darse por vencidos… como la Fortuna emplea caminos desconocid­os, siempre deben tener esperanza; y por esa esperanza… no deben darse por vencidos, ante cualquier golpe de Fortuna o circunstan­cia que se encuentren”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico