En pro de la moda sustentable
Desde la semana pasada anduve muy reflexiva con el tema del periodismo de moda y la culminación de Fashion Week, las conclusiones que se desprenden de aquella charla que les platiqué justo el sábado pasado. Me movieron mucho los argumentos presentados por Diana Marenco, especialista en comunicación y semiótica. Una mujer culta y perspicaz que, aunque no se dedique propiamente a la moda, sí al estudio de la ciencia que explora los diferentes sistemas de signos que permiten la comunicación entre individuos, y de ahí de la importancia de vestir para comunicar y transmitir.
Hoy, precisamente, quisiera explorar esta premisa tocando el tema de los signos que emitimos para nosotros y nuestro ambiente al “producirnos” día a día y cómo la moda puede ser más sustentable sin sacrificar el estilo personal. No sé si ustedes sean sensibles al tema, pero cada día vemos mensajes en los medios sobre cómo debemos revertir nuestros usos y costumbres en pro del planeta: desde no usar popotes hasta ahorrar agua, y qué mejor “crónica de una muerte anunciada” (vaya que todos la vimos cerca) que el más reciente corte de agua que sufrimos en la Ciudad de México.
Traigo esto a colación porque muchas personas me dicen que “para vestir bien hay que gastar mucho y tener un clóset gigante”. La respuesta es NO. Y sí, todos tenemos la obligación de “producirnos de la mejor manera posible” por nosotros, por nuestras metas personales y profesionales, hasta por un tema de empatía y por el bien común... Ja ja ja. No, en serio, creo que muchas veces “se echa en saco roto” nuestro arreglo personal cuando bajo ninguna circunstancia debería ser así.
¿Entonces cuál es la combinación perfecta entre sustentabilidad y moda? Primero, tener un clóset inteligente en donde todo combine entre sí. Así podrás darle la vuelta a todo sin parecer disco rayado. Por otro lado, hacer compras asertivas y no por impulso es otra de las respuestas. Eso de “no tengo nada que ponerme” es mentira, más bien “tengo flojera de ponerme creativo para reinventar lo que ya he usado un par de veces”. Cuando se pongan creativos, inviertan un tiempo para armar looks, tómenles fotos y guárdenlos en su celular en una carpeta específica. Así, cuando les dé “ceguera de taller” o sea muy temprano para pensar, puedan recurrir a esas opciones que ya armaron y funcionan. ¿Otra idea? Júntense con amigas y hagan un “trueque de objetos”: lo que ustedes ya no usan o no les gusta, bien le puede servir a alguien más. De este modo promovemos el consumo responsable y sustentable.
Amigos no hay pretexto para no ayudar al planeta sin dejar de lado nuestro estilo. Gracias a él nos potenciamos en todas las áreas y es un excelente recurso para cumplir metas y sentirnos mejor con nosotros mismos. ¡Logremos ser nuestra mejor versión sin lastimar al medio ambiente! Con cariño, Gina.