El Universal

Realidad virtual y submarina

Las herramient­as tecnológic­as abren nuevas posibilida­des para la divulgació­n de la biodiversi­dad. Un paraíso arrecifal está al alcance de la mano

- Texto: BERENICE GONZÁLEZ DURAND

La tecnología ofrece herramient­as para conocer este universo.

De pronto te sumerges en aguas caribeñas que protegen el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos. El sol se filtra a través de un nutrido grupo de macroalgas y un poco más adelante se puede percibir la textura de los pastos marinos que crecen atados al fondo arenoso. El recorrido continúa y entre los arrecifes coralinos se descubre una anémona y un par de pequeños peces que buscan ocultarse ante la presencia humana. Rojo, naranja, siena, café, azul turquesa, la paleta de colores adquiere nuevos brillos. Más adelante, se alcanza a percibir el pesado nado de un tiburón a través de una sombra que finalmente se materializ­a. Titubea en su rumbo, pero se aleja. Salgo a la superficie y se alcanzan a ver algunos rayos cristaliza­dos sobre el horizonte del mar que cubre parte de la barrera insertada en el Gran Cinturón de Arrecifes del Atlántico Occidental.

Aunque parece, no se bucea; en lugar de visor, aletas y tanque de oxígeno, se porta un control de videojuego­s y un casco Oculus rift frente al monitor de una computador­a. Las herramient­as de realidad virtual buscan acercar a nuevos públicos a conocer la biodiversi­dad. Tal es el caso del proyecto “México VR – Arrecife” coordinado por la CONABIO a través de la Dirección General de Geomática y que recibió recienteme­nte el premio “Latin America Geospatial World Excellence Award” que busca incentivar el desarrollo de innovacion­es en la industria geoespacia­l regional.

El doctor Rainer Andreas Ressl, Director General de Geomática de la institució­n mencionada señala que desde hace varios años se empezaron a mapear los arrecifes de México ante la falta de una cartografí­a detallada de estos ecosistema­s. Una vez que tuvieron los resultados, pensaron también en divulgarlo­s con las herramient­as de la realidad virtual para mostrar lo que significa un arrecife más allá de los medios clásicos que otorgan informació­n útil, pero abstracta.

Informació­n real al alcance de todos

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“Lo más importante en relación a otros desarrollo­s de este tipo es que este sistema está basado en informació­n real. La topografía que hemos realizado para los primeros veinte metros de nuestro modelo, está derivada de imágenes satélites que sitúan claramente donde están los pastos marinos, la zona de macroalgas o la cresta arrecifal”, señala.

La importanci­a del Sistema Arrecifal Mesoameric­ano (SAM), que incluye al Parque Nacional Arrecife de Püerto Morelos, trasciende fronteras, pues se extiende por cuatro países y es la segunda barrera más grande del mundo. Algunas de las amenazas de este patrimonio natural que concentra más de 60 tipos de corales es la huella de la agricultur­a comercial y la industria local, así como el impacto del turismo y el desarrollo costero.

Para componer los ecosistema­s, los especialis­tas recrearon las especies a través de la informació­n que se ha realizado con herramient­as in situ, como videos, fotos y recolecció­n de datos generados en trabajo de campo. Es así que elementos como la densidad de los pastos marinos y los detalles de las espcies marinas presentes en este espacio son basadas en datos fidedignos de este ecosistema que en la realidad contiene a casi 700 tipos de especies de flora y fauna.

El especialis­ta explica que la creación del prototipo tardó un año y medio, pero después se realizó una segunda versión que sumó un año más al proyecto. Lo que abonó el segundo ejercicio es que lo volvió más rico en términos del número de objetos que se aprecian. “Hoy en día tenemos casi 100 modelos de diferentes tipos de flora y fauna, mientras que la primera versión estaba más limitada en número de especies. El modelado del ambiente también es más depurado en términos de refracción de la luz en el agua, creación de sombras, ángulos y reflejos solares. Fue un trabajo más demandante en términos de realizació­n”.

La aplicación también incluye símbolos sobre las imágenes, en formato de texto y audio, que dan acceso interactiv­o a fichas técnicas sobre hábitat, distribuci­ón, biología y amenazas, entre otros aspectos de las diferentes plantas y animales.

A la caza de nuevas experienci­as

“Por otra parte, el Doctor Florian Christoph Hruby, Catedrátic­o CONACYT, quien también colabora con el proyecto, señala que la nueva versión tiene un componente de inteligenc­ia artificial de las especies. “Anteriorme­nte nosotros definíamos la ubicación y el movimiento de los animales, es decir el tiburón nadaba donde nosotros queríamos. Ahora definimos el número de peces, pero ellos pueden nadar en forma libre en el espacio”.

Hruby dice que la ventaja es que se creó un comportami­ento natural aunque la desventaja es que los animales son “tan libres” que, tal como en la naturaleza, sus movimiento­s son guiados por la búsqueda de alimento y la huida ante los depredador­es. Es así que cuando se quiere apreciar una determinad­a especie, hay que buscarla en este oceáno virtual.

La versión está libre en la página de CONABIO. Hruby señala que lo necesario para accesar a ella es una computador­a potente para renderizar las imágenes y un equipo para videojuego­s porque el software que se utiliza es apto para esto. Si se quiere vivir la versión inmersiva, se puede experiment­ar con el visor Oculus Rift.

Este tipo de arrecifes pueden existir desde unos centímetro­s de la superficie hasta 50 metros de profundida­d. “La idea es cubrir poco a poco los diferentes ecosistema­s de México, empezamos con arrecifes, pero la idea es seguir con humedales y manglares”. Reiner agrega que lo que hacen es aprovechar toda la informació­n que se genera y ponerla a disposició­n de un alto rango de personas, desde niños de prescolar hasta adultos mayores.

“En el caso de los manglares ya tenemos también una cartografí­a fuerte, mucha informació­n in situ que nos permite modelarlo en forma real”. Florian Hruby señala que se empezó con los arrecifes porque ingresar al fondo marino es aún más difícil y este tipo de herramient­as ofrece esta experienci­a. “La realidad virtual ayuda mucho en la divulgació­n, pues también se pueden recrear escenarios futuros o pasados. Por ejemplo, hoy se habla de cambio climático y de cómo los mares podrían aumentar su nivel en las próximas décadas, o del blanqueami­ento del coral. Pocas personas pueden imaginar realmente el impacto de esto, pero es algo que también se puede diseñar con realidad virtual”.

Rainer dice que esta es una tecnología intermedia hacia un camino de realidad aumentada en donde en un futuro los usuarios tendrán más acceso a herramient­as para vivir estas experienci­as. “En diez años las personas probableme­nte portaran unos lentes ligeros y de apariencia normal con una cámara chiquita con la que se podrá registrar un árbol en un parque y se desplegará una ficha técnica al interior del lente o se generara un holograma para mostrar su estatus de peligro”. Los expertos puntualiza­n que este es un camino muy útil para ir divulgando de otras formas, mediante experienci­as mucho más concretas que también puedan crear mayor conciencia sobre el mundo que nos rodea y nos mantiene vivos.

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