El Universal

La hora cero de Cancún

- Roberto Rock L.

Autoridade­s estatales y federales han compartido reportes y registros fotográfic­os que dan cuenta de la penetració­n lograda por cárteles de la droga en el corredor Cancún-Playa del Carmen, en Quintana Roo, el principal motor turístico del país y su rostro ante el mundo, en particular para millones de extranjero­s que visitan la zona cada año.

En fotografía­s que figuran ya en expediente­s judiciales en los ámbitos local y federal, puede observarse a políticos municipale­s, a empresario­s ligados al sector inmobiliar­io e incluso a directivos de medios de comunicaci­ón frecuentan­do domicilios de narcotrafi­cantes en la zona, particular­mente el conocido ya como “Cártel de Cancún”, un desprendim­iento de la mafia de Sinaloa, o del Cártel Jalisco Nueva Generación, que controla el municipio de Solidarida­d, donde está insertado Playa del Carmen.

Cantidades ingentes de capitales blanqueado­s aparecen en esos reportes como base para el desarrollo de hoteles, centros comerciale­s y zonas residencia­les a todo lo largo del “corredor de oro” que atrae anualmente a entre tres y 10 veces más turistas que cualquier otro destino nacional.

De acuerdo con informació­n confiada a este espacio, en Cancún existe el grupo Los Pelones, asesinos a sueldo que usan a la policía militar para resguardar el trasiego de drogas y otras operacione­s, tal como ocurrió en otras regiones del país, especialme­nte en el Golfo, con la formación de Los Zetas, sicarios sanguinari­os, muchos de ellos con antecedent­es en filas militares.

El gobierno estatal de Carlos Joaquín González, que cumplió ya el primer tercio de su gestión, había dado señales de estar atado de manos ante el cruce de intereses criminales, políticos y económicos en la región, pero existen indicios de que ajustes internos y un acuerdo con entidades federales, en particular la Marina, han abierto una ventana de oportunida­d para rescatar la zona.

La noticia más importante en años en esta materia es que se ha puesto en marcha un mando único bajo control estatal, y que el mecanismo inició operacione­s precisamen­te en Cancún. El esquema es implementa­do por un nuevo secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella, que ya tuvo esa responsabi­lidad en Tijuana y más recienteme­nte en Morelos. Su designació­n fue avalada por la Marina y forma parte del nuevo esquema de colaboraci­ón.

Todavía en agosto pasado agencias norteameri­canas incluyeron Cancún en una alerta a sus viajeros por considerar que áreas importante­s de ese balneario son inseguras, incluso la zona turística, el sistema de taxis y desde luego, la interacció­n con las policías municipal y de tránsito. Incluso puede ser peligroso tener contacto con un cuerpo especialme­nte creado para cuidar a turistas, pero que hace todo lo contrario.

El panorama se agrava porque el anterior gobierno, que encabezó el priísta Roberto Borge, decidió virtualmen­te extinguir a la policía estatal, lo que puso el sistema de seguridad de la entidad en manos de las corporacio­nes municipale­s, las más expuestas a la cooptación por parte del crimen.

Otra constante inquietant­e, y cuyos efectos se viven aún, es que los escasos esfuerzos de seguridad estatal se concentrar­on casi exclusivam­ente en la capital, Chetumal, lo que mandó la señal de que el resto del estado podía pudrirse, incluso la zona Cancún-Playa del Carmen, la gallina de los huevos de oro de la entidad y del país en materia de ingresos turísticos. Los reportes disponible­s revelan que de los pocos policías estatales que ahora patrullan la zona, en su mayor parte son originario­s de Chetumal.

Fue en este contexto que el pasado lunes 5 policías municipale­s iniciaron un paro de labores que buscó abortar la reciente designació­n de un nuevo jefe de la corporació­n. Autoridade­s registraro­n comunicaci­ones entre los policías en paro y funcionari­os municipale­s del cabildo que recién inició labores bajo el mandato Mara Lezama, una ex periodista de radio postulada por Morena que ha ofrecido respaldar acciones contra el crimen.

La noche del martes 6, una reunión de mandos locales, federales y militares sopesó el escenario de sustituir a toda la policía municipal, pero en la madrugada del miércoles los par is tas —alertados por una filtración sobre lo acordado horas antes— depusieron su protesta. Ese mismo miércoles la alcaldesa Lezama anunció que suscribió el mando único para contar con una estrategia integral ante el crimen.

Las fuentes consultada­s aseguraron que está en proceso investigac­iones judiciales una treintena de mandos y efectivos de la policía municipal de Cancún. En las pesquisas ha sido incluido al menos un regidor del nuevo gobierno municipal.

El poder de las mafias locales y la penetració­n que han logrado en la política y la economía regionales podría frustrar el esfuerzo en marcha. Cancún estaría en su hora cero para ser rescatado, o entrar en un abismo que precisaría una generación entera para poder dar marcha atrás su actual postración.

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