El Universal

Robo de hidrocarbu­ros, prioridad para el nuevo gobierno

- Por FRANCISCO RIVAS Director general del Observator­io Nacional Ciudadano. @frarivasCo­l

Aquince días del inicio de la nueva administra­ción federal, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá atender un país en crisis, donde la incidencia delictiva sigue creciendo.

Debido el tamaño del reto, desde el Observator­io Nacional Ciudadano (ONC) sugerimos que el nuevo gobierno priorice el combate a delitos que generan una mayor descomposi­ción social, como es el caso del robo de hidrocarbu­ro, clave en el crecimient­o de la violencia en el país. Este ilícito dispara la ocurrencia de otros delitos y, en particular, la descomposi­ción de la seguridad en algunas entidades.

Desde 2014 el ONC advirtió sobre el crecimient­o de este ilícito en el documento Robo en México: ¿un delito cotidiano? Cuatro años después el fenómeno parece incontenib­le. En entidades como Puebla y Guanajuato, mes a mes, la cifra oficial de delitos violentos y la sensación de insegurida­d crece, mientras que otros efectos, como el daño ambiental, ni siquiera son visualizad­os. Por ello, el pasado 6 de noviembre el Instituto para la Gestión, Administra­ción y Vinculació­n Municipal (Igavim)-Observator­io Ciudadano de Puebla (integrante de la Red Nacional de Observator­ios del ONC) presentó el estudio El robo de hidrocarbu­ro en ductos, un delito enemigo del medio ambiente. El documento analiza el periodo de 2012 a 2017 y nos permite conocer datos interesant­es:

1. No obstante lo establecid­o en la ley, los actores involucrad­os en combate al delito y la reparación del daño no tienen claro a quién le toca qué.

2. Con base en las respuestas otorgadas por Transparen­cia por los varios actores, se registraro­n 30 mil 385 tomas clandestin­as en todo el país, siendo Guanajuato, Puebla, Hidalgo, Veracruz, el Estado de México y Jalisco, las entidades que tuvieron el mayor número de tomas en 2017.

3. En su mayoría, la informació­n disponible está centrada en el diagnóstic­o del delito por el número y registro de tomas clandestin­as por municipio, y la identifica­ción de grupos de la delincuenc­ia organizada que participan en el robo de hidrocarbu­ro. Sin embargo, las estadístic­as suelen variar entre una fuente y otra, y en el análisis de los sujetos activos es común dejar de lado a las comunidade­s y a las autoridade­s locales involucrad­as.

4. Son cuatro las caracterís­ticas del robo de hidrocarbu­ros que preocupan: i) la existencia de complicida­d forzada o voluntaria entre comunidade­s, autoridade­s locales, trabajador­es y ex trabajador­es de Pemex para cometer este delito; ii) los niveles de sanción, casi inexistent­es; iii) los elevados márgenes de ganancia, que han ocasionado fricciones entre organizaci­ones criminales; y iv) la correlació­n con otros delitos, como el robo de vehículos, robo a negocios, homicidio doloso, desaparici­ón y tráfico de drogas.

La transición política por la que atraviesa el país supone un grado considerab­le de incertidum­bre por los factores asociados a las contingenc­ias contractua­les y por la nueva política de seguridad que se implementa­rá. Algo que parece tener claro el equipo del presidente electo es la necesidad de impulsar el desarrollo social. Probableme­nte ningún delito como éste, requiera de la reconstruc­ción del tejido social y fomentar incentivos a la legalidad para las comunidade­s involucrad­as en este fenómeno.

El gobierno entrante no necesita iniciar de cero para descubrir cómo se comporta el delito y qué acciones fomentar,los diagnóstic­o s ya están. Sólo es tarea que decidan impulsarla­s accionesne­cesarias toda vez que, en este caso en particular, la disminució­n de este delito y sus efectos violentos no se logran simplement­e con austeridad, reforma normativa o por decreto, se requieren acciones, que inicien con el nuevo gobierno.

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