LABORAL
Tampoco es cuestión de edad
Aunque en el rango de 40 a 60 años es la primera causa de muerte, también existen casos de cáncer de pulmón en jóvenes.
“Cuesta mucho diagnosticarlos porque la gente no piensa que una persona de 30 años pueda tener cáncer de pulmón. Entre más joven, más posibilidad de tener una mutación (de las células tumorales) y de darle un tratamiento dirigido”, indica en entrevista el oncólogo Corrales, quien trata a un paciente con cáncer de pulmón de 21 años, “sin antecedentes de fumar”.
Cambio de paradigma
La mayoría de los casos se detecta en fase avanzada, cuando ya hay metástasis y es incurable. En medio de esa sentencia, hoy es posible dar una mejor calidad de vida al paciente y meses, o hasta años, de esperanza que, antes, eran impensables.
“En los noventa, todos eran tratados de la misma manera o eran enviados a su casa a fallecer”, dice el médico costarricense. Una década después se supo que este cáncer podía ser de células pequeñas o de células no pequeñas. Más tarde, se registraron subtipos en los de células no pequeñas y hace un lustro empezó a dibujarse el mapa de mutaciones tumorales. De ahí, nacieron medicamentos dirigidos, adaptables a los múltiples ataques del cáncer.
“Antes, los oncólogos obteníamos una biopsia de cáncer de pulmón y lo mandábamos a quimioterapia automáticamente”, reconoce el doctor Diego Kaen, jefe de investigación clínica del Centro Oncológico Riojano Integral, en Argentina.
Ahora, el análisis molecular (disponible en algunos laboratorios de México) permite planificar el tratamiento: se identifica la alteración que produce el cáncer y se inhibe al culpable. Con ello, a nivel mundial se registra 70 u 80% de respuesta, lo cual se traduce en “casi 30 meses de sobrevida, a diferencia de los 12 meses que teníamos con quimioterapia”, celebra Kaen. Más del 90%