¿Por qué ocurre?
En el libro Corazón, pulmón: una alianza indisoluble (Porrúa Print, 2018), se detalla que la diabetes tiene acciones directas sobre el músculo cardiaco, “lo que produce disfunción miocárdica a través de alteraciones bioquímicas y funcionales por acción del sistema neurohormonal. Además, acumula productos residuales de la glucosilación en el músculo cardiaco, aumento de ácidos grasos libres, incremento de los radicales libres y oxidantes, descenso de óxido nítrico, deterioro de la función endotelial e inflamación del miocardio”. De ahí que la incidencia de insuficiencia cardiaca es dos veces más común en hombres y cinco veces más común en mujeres con diabetes cuando se comparan con personas de la misma edad que no padecen diabetes.
Entre los principales factores de riesgo para que un diabético desarrolle insuficiencia cardiaca están: sedentarismo, tabaquismo, padecer alguna enfermedad renal y/o retinopatía, registrar altos índices de colesterol (nivel total mayor a 240mg/dL y LDL mayor a 160mg/dL) e hipertensión arterial. Además, a mayor edad, se incrementan las probabilidades de presentar esta combinación.