La fría mañana en la que se fue el poeta
• Antes de las 10 de la mañana el hijo del laureado escritor informó del deceso de su padre
La noche anterior a la muerte de Fernando del Paso Morante una helada llovizna cayó sobre Guadalajara, quizá un presagio, quizá el viento que siguió comenzó a soplar cuando él entraba al hospital. La madrugada fue fría.
Antes de las 10 de la mañana del miércoles, Alejandro del Paso, hijo del escritor y poeta, hizo una llamada, habló con el rector de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Navarro, para darle la noticia: el autor de Noticias del imperio había muerto a las 9:05 horas en el Hospital Real San José, a causa de las complicaciones provocadas por una úlcera en la región abdominal.
La universidad replicó la información a través de sus canales institucionales y pronto los portales de los medios y las redes sociales la esparcieron.
En la casa de la colonia La Calma, donde Fernando del Paso, de 83 años, vivía con su esposa, Socorro Gordillo, comenzó a reunirse la familia para preparar los servicios funerarios; Paulina del Paso, hija del autor, atendía a quienes llamaban a la puerta buscando información.
Cerca de las cuatro de la tarde, Alejandro salió de la casa cargando el traje con el que despedirían a su padre en la funeraria Gayosso de la colonia Ladrón de Guevara: saco y pantalón brillantes de color azul, camisa guinda.
Mientras las flores de una veintena de coronas colmaban la entrada de la funeraria, Alejandro habló sobre la muerte de su padre, dijo que si alguien hiciera la historia de todas las enfermedades que logró vencer, podría hacer tantos libros como él.