¿Hay más opciones?
Es un hecho: los materiales orgánicos han pasado de ser una curiosidad o un nicho de mercado a convertirse en todo un movimiento que poco a poco está revolucionando muchas industrias.
El ramo textil no es una excepción: de acuerdo con el Reporte Anual 2017 de Fundación C&A, la cantidad de agricultores de algodón orgánico a nivel mundial se ha incrementado en 20%.
“Todos los productos orgánicos o ecoamigables, por su demanda y por su modo de producción tienen un precio más elevado. Es por eso que no es tan sencillo encontrar estos productos baratos y en el mercado masivo”, afirma el decorador de interiores Cristian Higareda.
A pesar de la barrera del precio, los blancos y la ropa de cama cada vez están ofreciendo más variedad en estos productos, con lo cual se está facilitando un poco más encontrar opciones adecuadas para distintos presupuestos.
El rey de los tejidos
Desde su masificación en el siglo XIX, el algodón se ha convertido en una de las telas más usadas en el mundo. Este tejido, de suavidad excepcional y múltiples usos, tiene diversos estándares de calidad y precio, pero hoy en día se pueden encontrar diferentes opciones para el hogar.
“En el espectro del lujo, Frette ha integrado algunos de los mejores algodones orgánicos del mercado. Y, dentro de un espectro medio de precio, Sealy tiene una línea de sábanas orgánicas que tienen una gran calidad y un costo accesible”, explica Cristian.
Sin embargo, hay un detalle importante: a pesar de que el algodón orgánico es una de las materias primas más valoradas del mercado, lo cierto es que es una de las plantas que más agua requiere para su subsistencia y la planta tiende a desmineralizar la tierra, lo cual causa un fuerte impacto ecológico si se usan los métodos tradicionales de irrigación.
Si el costo del algodón orgánico es un problema, o simplemente se desea probar otra tela, el lino es una opción viable, aunque no siempre es orgánica en el sentido estricto de la palabra.
“Ésta es una materia prima 100% natural , y proviene de la linaza. Una de las ventajas que tiene es que, para crecer, necesita muy poco fertilizante y muy poca agua, así que es una tela muy ecológica”, apunta Higareda.
A las características señaladas por el experto se le suman algunas de sus ventajas naturales, incluyendo una resistencia y absorción mayores que el algodón, además de que muchas de las variedades de esta planta no requieren una gran cantidad de agua para prosperar y varias especies son endémicas de los sitios en los que se producen. De hecho, el lino es uno de los tejidos más antiguos del mundo: los egipcios lo usaban para momificar y crear prendas, y existen fragmentos de esta tela con hasta ocho mil años de antigüedad.
Sin embargo, sus principales desventajas se encuentran en el costo y el método de producción: “casi todo el tejido de lino se hace en Bélgica o en el norte de Europa, y la mano de obra de estos países incrementa su valor, además de que algunos cultivos utilizan pesticidas. Existe muy poco lino orgánico, pero ya hay líneas más accesibles como Zara Home que lo están manejando poco a poco”, agrega Higareda.