4. Michigan. Guerrero
Esta playa de ambiente relajado y hippie también es el remedio para desconectarse del mundanal ruido, las comodidades de la urbe y para aventurarse por una buena vacación juvenil, a un excelente precio.
Por lo general, a esta pequeña isla (entre el mar abierto del Pacífico y un estero de agua dulce), suelen ir los universitarios que gustan de reggae, el boogy board y la plática amena al anochecer con una fogata en la que no falta el mezcal. Algunos de los visitantes suelen llevar juegos de cartas, ajedrez o balones para armar la “cáscara”. Hay quienes van con sus “perrhijos”, ya que aquí el hospedaje es en el “camarena” (también, hay pequeños bungalows) y no hay ninguna restricción para estos acompañantes.