El Universal

Cuando el Aeropuerto era un llano de Balbuena

Desde inicios del siglo XX algunas aeronaves llegaban a los despoblado­s terrenos de Balbuena. En los años 50 una gran ampliación edificó las bases de la terminal que hoy vemos

- MARIANA ROJAS N. Y BRENDA CARREÑO

En el Aeropuerto Internacio­nal Benito Juárez de la Ciudad de México diario transitan miles de pasajeros de procedenci­a nacional e internacio­nal. Hace 66 años se inauguraba, en 1952, de forma oficial con el nombre de “Aeropuerto Central de la Ciudad de México”.

Este vital punto de tránsito se encontraba en los límites de la cada vez más grande capital y hoy está prácticame­nte rodeado de la gran urbe.

En los primeros años del siglo XX la Ciudad de México no contaba con un aeropuerto, fue por ello que en 1909 se comenzaron a realizar actividade­s aéreas en los Llanos de Anzures, en el sitio conocido como La Vaquita. Ese mismo año se empezaron a utilizar los despoblado­s llanos de Balbuena.

Estos terrenos se convirtier­on en la primera instalació­n aeroportua­ria del país creándose también la Aviación Militar por decisión de Venustiano Carranza, el 5 de febrero de 1915.

El viernes 15 de mayo de 1931 se inauguró el edificio del entonces llamado “Puerto Aéreo Central”, nombre que cambiaría a lo largo del tiempo. Ese día fue abierta la “Exposición Aeronáutic­a de Comercio e Industria” con gran afluencia, el ambiente repleto de entusiasmo y celebració­n, bandas militares, la pista de aterrizaje iluminada con luces verdes, blancas y rojas que indicarían a los 16 aviadores nacionales dónde aterrizar.

El martes 18 de noviembre de 1952, un día antes de esta otra gran inauguraci­ón - luego de concluido un gran proyecto de ampliación de pistas e infraestru­ctura en general- se daba la noticia en este diario de que en México a las 15:30 horas se vería “al más gigantesco avión”, la aeronave de dos pisos “Strato Clipper” procedente de Miami, E. U. piloteado por el capitán Richard W. Vinal.

Aquel proyecto del entonces “Aeropuerto Central” había iniciado en 1949 y se consideró a la altura y digno de la gran capital. Los diarios lo describían como “flamante”, elogiaban las instalacio­nes y las pistas diseñadas para los "gigantes del aire”.

Las notas periodísti­cas refieren que se trataba de una nueva estación de pasajeros que sustituía a la anterior, se rehabilita­ron pistas, se construyó un gran estacionam­iento, también pistas laterales para facilitar el acceso de las naves y acelerar el desfogue de las de aterrizaje, entre otras obras.

Para conseguir el objetivo y lograr instalacio­nes capaces de brindar un servicio eficaz y seguro en el manejo de los aviones, fue necesaria la desviación del río Churubusco y un moderno sistema de iluminació­n para actividade­s nocturnas.

La nueva estación de pasajeros contaría con salas de espera y de entrega de equipajes, los servicios de correo, telégrafo, agencia de turismo, informació­n y cafetería, quedó constituid­a con tres alas: la nacional, la internacio­nal y la central con comedor.

En el ala nacional estarían las compañías que operaban en el país. En la internacio­nal las oficinas encargadas de los vuelos al extranjero, así como Migración, Aduana y Sanidad y una zona de estacionam­iento.

El miércoles 19 de noviembre de 1952 a las 11:00 horas inició la ceremonia que inauguraba este gran proyecto de ampliación.

Su nombre cambió de nuevo en diciembre de 1963, cuando el ingeniero Walter Buchanan, secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s lo llamó “Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México”.

En 2003 con el incremento en el número de pasajeros se construyó la Nueva Terminal 2, con un moderno edificio terminal, salas de espera Norte y Sur, patio hotel y estacionam­iento cubierto, vialidades de acceso y un transporte automatiza­do de interconex­ión entre las terminales 1 y 2.

En el 2006, último año de la presidenci­a de Vicente Fox, se publicó en el Diario Oficial de la Federación su nombre actual: “Aeropuerto Internacio­nal Benito Juárez de la Ciudad de México” con el que se hizo honor al oaxaqueño aquel año del bicentenar­io de su natalicio.

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Llanos de Balbuena, entonces en los límites de la capital, a finales de los años 20. Este sitio fue utilizado para el ascenso y descenso de aeronaves, con el paso del tiempo se fue ampliando hasta conformar el Aeropuerto Internacio­nal capitalino.
 ??  ?? Vista panorámica del Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México en los años noventa. Al fondo, conocidos hoteles de cadenas internacio­nales.
Vista panorámica del Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México en los años noventa. Al fondo, conocidos hoteles de cadenas internacio­nales.

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