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En portada. Lincoln reinventa su modelo de mejores ventas con cambios que buscan emular sus recientes éxitos
LCaballos de fuerza a mejor manera de no perder el enfrentamiento contra las compañías de autos de lujo alemán es evitándolo. No en un sentido de cobardía, sino en una noción de astucia. La esencia que distingue a las marcas alemanas es difícil de alcanzar, pues mientras éstas nacieron con la premisa de crear las tendencias de tecnología y lujo automotriz, el resto de los jugadores de este nicho de mercado (japoneses y americanos) tuvieron que adaptarse para copiarlos y, así, intentar perseguirlos.
No obstante, la casa de lujo de Dearborn, Michigan, entendió esto desde hace poco más de tres años y ha presentado una estrategia en la que ha desistido en querer emular a los alemanes para crear su propio camino, el cual ha probado ser más prolífico.
De esta manera se han presentado excepcionales productos como los pertenecientes a la nueva generación de Continental y Navigator, los cuales han sorprendido a propios y extraños por ser la mejor muestra de que Lincoln es la única compañía en mostrar una verdadera reafirmación de lo conocido como “el lujo norteamericano” en nuestros tiempos.
Ambos modelos se han alejado de la idea de lucir afilados y de corte deportivo para dirigirse más a la magnificencia americana que, nos hace pensar en los despachos de multimillonarios estadounidenses como los hermanos Charles y David Koch o la familia Rockefeller.
Luego dar dos contundentes golpes con el Continental y la Navigator, Lincoln presenta la reinterpretación de su modelo más vendido con un cambio trascendental en él: son tantas las modificaciones que, incluso, han decidido cambiarle el nombre.
Lincoln deja de lado la nomenclatura MKX para proporcionarle a esta SUV un nombre que nos remite a las fantásticas aventuras que Julio Verne narró en “Veinte mil leguas de viaje submarino” (1871) y “La isla misteriosa” (1875). a la Lincoln MKX. Hace homenaje
La idea de que “smart is the new sexy” (la inteligencia es la nueva sensualidad) se hace presente en los cambios más importantes de la nueva Lincoln Nautilus. De tal manera, el motor V6 de 3.7 litros ha desaparecido para ahora portar un motor turbocargado de cuatro cilindros.
Esta decisión implica un pérdida de potencia en comparación a la versión anterior. Esta SUV deja de tener 303 caballos de fuerza para ahora desarrollar 285. Sin embargo, el equipo de ingenieros de Lincoln es consciente que la verdadera fuerza de un vehículo de esta naturaleza debe estar en el torque y es por eso que la nueva Nautilus aumenta su par motor de 278 libras-pie a 280 de estas unidades.
Naturalmente, el “downsizing” mecánico al que ha sido sometido este modelo supone una mejor eficiencia de combustible respecto a su predecesor, no solo por la reducción del cilindraje, sino también por la inclusión de un nueva caja automática de ocho relaciones, la cual permite una mejor relación de transmisión que la antigua de seis cambios.
No obstante, para quienes gusten de una mayor vigorosidad dentro de esta Lincoln, también encontrarán una opción.