Convocamos a una marcha de unidad... la marcha fifíchaira
Se reunieron en terreno neutral, digamos que fue en un café de Coyoacán o de San Ángel, donde lo mismo puede uno encontrar derechangos que artezánganos... y el diálogo fluyó así:
—Acéptenlo, su marcha fifí fue un rotundo fracaso. Votamos por los patos del lago y no por los aviones...
—¡Pero su encuesta fue patito, a modo! ¿Así le van a hacer ahora con el Tren Maya? O sea, en lugar de un presidente que tome decisiones, ¿todo lo van a justificar con sus consultas?
—Chale... y digan que no estamos incluyendo en la próxima consulta bajar las comisiones bancarias, porque los volveríamos a arrasar, fresas...
—Nadie puede oponerse a eso, pero hay formas... la inestabilidad nos afectaría a todos.
Hubo un largo silencio. Reflexión. Despues los dos personajes se abrazaron y acordaron, por México, marchar otra vez, unidos. Juntos. Convocaron a la primera marcha fifíchaira por la unidad.