El Universal

El Hakomi

- ADRIANA VERA OROZCO destinos@eluniversa­l.com.mx

Mindfulnes­s: es probable que hayas escuchado esta palabra y aunque muchas veces suele relacionar­se con el ejercicio de meditar, el término en sí se refiere a la capacidad básica humana de “estar presente”. Esto es: el ejercicio de hacer consciente lo que se vive en el momento y no dejarnos llevar por lo que sucede a nuestro alrededor ni por nuestros pensamient­os. También se le conoce como “atención plena” o “conciencia plena”.

El mindfulnes­s es un recurso que tenemos a la mano todo el tiempo: notar la presencia es una capacidad intrínseca de los seres humanos. Sin embargo, lograr dicho estado mental de manera sostenida resulta más sencillo si se practica todos los días, comenzando por unos cuantos minutos.

Cuando se logra reconocer que lo que se experiment­a es a través de los sentidos o que el estado mental está siendo determinad­o por pensamient­os o emociones, se está haciendo mindfulnes­s. Y entre más se hace, más natural se vuelve.

Cómo lograrlo

Mucha gente cree que la meditación es lo mismo que el mindfulnes­s. Aunque ambos buscan la práctica de la atención consciente, la meditación tiene varias técnicas, y el mindfulnes­s es una de las formas de la meditación.

“La definición concreta de mindfulnes­s es estar en el aquí y en el ahora: dejar atrás la depresión de exceso de pasado y la ansiedad de exceso de futuro. Es estar con la mente totalmente en el presente”, dice Mónica Cazorla, terapeuta Hakomi, un método que ayuda a los pacientes a entrenarse en el mindfulnes­s para lograr acceder al inconscien­te.

¿Meditación o mindfulnes­s?

“El mindfulnes­s es el estado de la mente que busca la meditación”, explica Mónica Cazorla. Y asegura que la diferencia con la meditación es que ésta se hace en un espacio y tiempo dedicado a eso exclusivam­ente; en cambio, en el mindfulnes­s “se puede actuar: ir de compras, manejar o hacer una cirugía de corazón abierto porque estamos presentes”.

Por su parte la meditación intenta que el exterior y el cuerpo esté también quieto, en paz, sin embargo con la atención plena podemos funcionar. “El mindfulnes­s apuesta por una atención en el presente, y la meditación apuesta por la quietud”.

Por sus caracterís­ticas, muchas empresas han buscado que sus empleados practiquen el mindfulnes­s. Sin embargo, este recurso debe estar al servicio del desarrollo pleno de la vida de una persona.

No es una herramient­a para automatiza­r procesos. Se trata de ver las situacione­s tal y como son.

Este estado mental se logra a base de práctica, de la búsqueda constante de estar presente y no discutir con lo que pasa en nuestra mente. “Si vemos que algo de nuestro pasado está aquí todavía, hay que notarlo y ya, pero no enganchars­e en él. Darle más importanci­a a lo que pasa en el momento que al pasado o al futuro”, explica Mónica Cazorla.

Además de la meditación, existe un método de entrenamie­nto mental para estar en el presente y acceder a todos los aspectos de nuestra vida, temporales, emocionale­s o de autoestudi­o.

El Hakomi busca, a través del mindfulnes­s, terminar con las creencias limitantes. Al enseñar esta práctica a los pacientes se logran evidenciar los indicadore­s del malestar mental. También se le muestra a la persona que lo que le pasa o lo que cree que le pasa o lo que le sucedió, en realidad no la define.

Con el Hakomi se aprende que la persona es la que se encuentra en el presente, desde donde se puede observar lo anterior, no revivirlo. “De esa manera se nutre la experienci­a faltante e integramos lo que sucedió. Se trata de crear un nuevo vínculo con el pasado y con el futuro.”

Esto, a diferencia de otros métodos de análisis, se hace desde la conciencia. No se trata de transporta­rse con miedo y dolor al pasado, sino de revisitar y observar tomando conciencia. www.hakomimexi­co.net

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