Rostro de corazón
Hasta hace unos años, elegir unos lentes que correspondieran con el estilo propio podía ser algo muy difícil: la oferta era limitada, los precios eran elevados y los modelos eran pesados y poco favorecedores. Sin embargo, al igual que otros accesorios, las gafas han logrado una diversificación en precios y estilos que las han recompensado con el gusto del público: tan solo en 2017, se vendieron 114.9 billones de dólares en lentes oftálmicos y de sol, de acuerdo con un reporte de la consultora Research And Markets.
Toda esta oferta nos deja con muchas más opciones para encontrar los lentes ideales, pero también con una nueva serie de preguntas: ¿qué forma es la ideal para mi rostro? ¿qué colores se deben usar o no? Afortunadamente, no es necesario seguir instrucciones concretas para elegir el par correcto, sino fijarse tan solo en algunas características.
“Estéticamente es una elección que funciona, es fácil de seguir y para mucha gente es útil tener una fórmula para que algo se te vea bien”, explica la experta en moda
Eli Estela González. Del Campo recomienda usar modelos con un armazón delgado y en tonos neutros u oscuros, pues a través de esta paleta de colores se pueden combinar fácilmente con un guardarropa casual.
¿Por qué funcionan? Los bordes redondeados y el tamaño medio crearán un contrapeso visual y atraerán la atención hacia los ojos.
Este tipo de cara se distingue por tener una frente amplia y un mentón afilado. Normalmente, el mentón es el punto focal, por lo que elegir un par de anteojos con un detalle en la parte superior ayuda a crear un equilibrio y atraer la atención hacia la zona de las cejas. “Estos modelos pueden tener glitter, perforaciones o incluso un poco más de amplitud en los bordes superiores para atraer la atención y complementar el estilo de cada persona”, apunta la experta Adriana del Campo.
¿Por qué funcionan? Éstos y otros detalles crean una línea horizontal que balancea el mentón.