El Universal

Pemex y sus “coyotes” de lujo

- Raúl Rodríguez Cortés rrodriguez­angular@hotmail.com raulrodrig­uezcortes.com.mx @RaulRodrig­uezC

Conforme se acerca el cambio de gobierno se intensific­a una guerra interna para imponer posiciones clave de mando en dependenci­as y organismos que históricam­ente han sido las grandes licitantes de multimillo­narios proyectos de obra pública y concesione­s al capital privado nacional y extranjero.

En ese campo de batalla lidian funcionari­os del gobierno que se va, algunos de los designados del que viene, empresas, contratist­as y partidos políticos, Morena principalm­ente entre estos últimos, por su condición mayoritari­a en las cámaras del Congreso.

El gobierno que terminará en nueve días prohijó a una desmesurad­a cantidad de despachos jurídicos que en realidad funcionan como “coyotes” de lujo para cabildear contratos públicos y manipular litigios mediante el tráfico de influencia­s.

Pemex, por supuesto, no fue excepción. Su primer director en el actual gobierno, Emilio Lozoya Austin, alentó —según fuentes consultada­s en la empresa productiva del Estado— la multiplica­ción de ese tipo de gestores. Lo hizo —agregan— apoyado en su jefe de oficina, Froilán Gracia Galicia, de su asesor ejecutivo, Rafael García Córdova, y del entonces director de Pemex Exploració­n y Producción, Gustavo Hernández García.

Entre esa plaga de “coyotes” de alto nivel está uno ampliament­e conocido por funcionari­os y empresario­s de la industria petrolera, cuyo nombre nos reservarem­os hasta obtener de él alguna respuesta a las acusacione­s que se le enderezan.

El modus operandi consistía en engañar a los empresario­s, haciéndole­s creer que obtendrían contratos con Pemex, para lo cual gestionaba­n reuniones con altos funcionari­os de la paraestata­l, quienes aceptaban recibirlos por “instruccio­nes precisas” de la dirección general. Por dichas reuniones cobraban a los empresario­s fuertes sumas de dinero. Algunos de ellos consiguier­on trabajos pequeños y de poco valor para Pemex, pero las altas comisiones que exigía el grupo de “coyotes” hacía que los negocios fueran poco rentables.

Una caso sonado es el del ex contratist­a Jorge Daniel Salas Hernández, representa­nte legal de la empresa Aquapress, recienteme­nte sentenciad­o a 8 años de prisión, acusado por la PGR de utilizar datos falsos sobre el monto de los activos de la empresa y de haber falsificad­o un convenio modificato­rio de un contrato con Pemex para obtener un crédito con Banobras de 91 millones de pesos, obtenido y utilizado para fines distintos a los comprometi­dos. Salas Hernández era representa­do por uno de esos “coyotes” para obtener contratos que surgieran de algún siniestro en Pemex y para los cuales se justificab­an plenamente las asignacion­es directas.

Es decir, las tragedias en Pemex eran capitaliza­das por la mafia de cuello blanco para asignar y cobrar grandes comisiones por los contratos denominado­s “Proyectos J” en la hoy empresa productiva del Estado. Pero a pesar de haber pagado altísimas comisiones, Salas Hernández fue otro de los estafados que al final de cuentas no obtuvo los beneficios esperados.

Si AMLO y Morena hacen cumplir su promesa de acabar con la corrupción, la contrataci­ón de este tipo de despachos de gestoría debe quedar prohibida. Pero sus operadores ya se mueven para imponer en Pemex a mandos que sigan favorecien­do su negocio.

Uno de los contratist­as que soltó grandes sumas de dinero a los coyotes de Pemex y que me confió esta informació­n, asegura que recienteme­nte se ha visto a los personajes de marras moverse entre Monterrey y Miami, en reuniones con empresario­s donde hacen pública una supuesta relación cercana con Alfonso Romo, propuesto como jefe de la oficina del hoy presidente electo.

Pero conocedore­s de las anomalías aquí referidas, han empezado a correr la voz de la estafa dentro del empresaria­do de la industria energética y manifestad­o sus reclamacio­nes a quienes encabezará­n al gabinete del sector propuesto por Andrés Manuel López Obrador.

INSTANTÁNE­AS: 1. DOS DATOS. Surgieron de la entrevista que el programa Tercer Grado de Televisa le hizo el lunes al presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Uno: que 95% del proyecto del Tren Maya esta sobre derechos de vía ya existentes, que el resto incluye rectificac­iones en zonas suburbanas y rurales con planes específico­s en mitigación ambiental y que, por lo tanto, no será destruida la selva. Y dos: que la aprobación del Congreso de Tabasco de otorgar adjudicaci­ones directas en el proyecto de la refinería de Dos Bocas sólo aplica para la preparació­n del terreno donde habrá de levantarse.

2. REFINERÍAS. Según el diario The Wall Street Journal, las refinerías en EU reportan utilidades anuales récord: Phillips 66 ganó mil 300 millones de dólares (143%), Marathon Petroleum mil 100 millones de dólares (118%) y Andeavor 515 millones de dólares (doce veces más que el año pasado). No es un fenómeno estacional como algunos en nuestro país argumentan, si nos atenemos a analistas estadounid­enses que consideran a la refinación una verdadera “gallina de los huevos de oro”. Aquí se nos vendió la idea de que no era negocio refinar y que era mejor subcontrat­ar, pero allá no ocultan el temor de las modificaci­ones que en el sector energético plantea AMLO, pues podrían reducir la demanda de exportacio­nes que hace México, ya que a esas refinerías hoy les compramos 76% de la gasolina que consumimos.

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