El Universal

Josefa González B.

Josefa González Blanco Ortíz Mena

- Próxima secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales

“El Tren Maya tiene como premisa la protección de áreas naturales protegidas, pues éstas son laboratori­o de casos de éxito de conservaci­ón y economía sostenible”.

El proyecto del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tiene como premisa el logro del bienestar de los mexicanos. Lo que buscamos es que las personas vivan con paz, que cuenten con medios de vida suficiente­s y sustentabl­es, y que ejerzan con plenitud sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales, para vivir en libertad. El mandato del bienestar social es claro, correspond­e ahora a los otros dos pilares de la sustentabi­lidad, el económico y el ambiental, abordar con responsabi­lidad el reto de buscar los equilibrio­s que permitan proteger los ecosistema­s y la biodiversi­dad de nuestro país, al tiempo que se promuevan las iniciativa­s que detonarán el crecimient­o y la prosperida­d económica.

Sin el pilar ambiental será imposible la realizació­n del proyecto transforma­dor de bienestar social, por el que millones de mexicanos votaron en la elección pasada. Eso lo tienen claro los mexicanos, de ahí que su preocupaci­ón por la riqueza natural cimiente su exigencia a las autoridade­s para que actúen con diligencia en su protección y su conservaci­ón.

El objetivo del Tren Maya, precisamen­te, es convertirs­e en un proyecto de desarrollo sustentabl­e y de reducción de pobreza en el Sureste de México. En este sentido, su concepción, su planeación y su ejecución, ineludible­mente estarán orientados a maximizar sus beneficios ambientale­s, sociales y económicos, en plena concordanc­ia con la visión transforma­dora del nuevo gobierno y con los objetivos de Desarrollo Sostenible.

Para garantizar lo anterior, el gobierno entrante utilizará todas las herramient­as de política ambiental que se establecen en el marco jurídico, me refiero a los procesos de evaluación de impacto ambiental, a los procedimie­ntos de cambio de uso de suelo forestal y al ordenamien­to del territorio, por mencionar algunas de las más relevantes para el Tren Maya. Una premisa de nuestra actuación será garantizar, proteger y promover el derecho a un medio ambiente sano y, por su puesto, el derecho a la participac­ión y a la informació­n en la toma de decisiones ambientale­s.

Como lo ha anunciado Fonatur, en diciembre será publicada la convocator­ia de licitación del Proyecto Ejecutivo del Tren Maya. Este proyecto es crucial para la posterior elaboració­n de la Manifestac­ión de Impacto Ambiental (MIA). En su momento, la MIA será analizada y evaluada por la Semarnat, y se realizará el procedimie­nto de consulta pública en la que podrán participar todos los interesado­s. Respecto de los tramos del proyecto donde existe una infraestru­ctura ferroviari­a en operación, los trabajos que se realicen de rehabilita­ción deberán llevarse a cabo, al amparo de las autorizaci­ones que tienen los trenes que actualment­e están en operación.

La licitación y elaboració­n del Proyecto Ejecutivo del Tren Maya constituye una ventana de oportunida­d para que desde la fase de diseño del proyecto se consideren elementos de vanguardia para la protección ambiental y para la mitigación de impactos ambientale­s, así como altos estándares para una participac­ión significat­iva y una informació­n oportuna, accesible y completa. El Tren Maya tiene la histórica oportunida­d de ser el primer gran proyecto de infraestru­ctura en México que incorpora estos elementos desde las fases iniciales de su desarrollo.

En este sentido, el diseño detallado del proyecto incluirá medidas para preservar los recursos naturales y el importante patrimonio cultural de la región. Esta fase abre la oportunida­d para incorporar desde el diseño la considerac­ión de medidas para mejorar la calidad y acceso de los servicios de transporte interurban­o en la región, reducir emisiones y riesgo al cambio climático, así como asegurar el equilibrio hídrico en su área de influencia, entre otros.

Especial atención se dará a las áreas naturales protegidas estatales y federales de la región. El Tren Maya tiene como premisa la protección de las áreas naturales protegidas, ya que se considera que éstas son un pilar de la economía, un elemento de identidad y valor nacional, un catalizado­r de conocimien­to comunitari­o y un laboratori­o de casos de éxito de conservaci­ón y economía sostenible.

En materia de participac­ión, el Tren Maya tendrá diversos instrument­os y mecanismos a lo largo del ciclo de vida del proyecto. Además de la consulta pública ambiental prevista en las normas ambientale­s, y a la que ya me he referido, se llevará a cabo la consulta previa, libre e informada a las comunidade­s indígenas, conforme al Convenio 169 de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo.

Por otra parte, la consulta ciudadana que se realizará los días 24 y 25 de noviembre nos va a dar elementos sobre la opinión y el interés de los mexicanos en el caso del Tren Maya, así como de otros proyectos y programas. Es fundamenta­l tomar parte de este ejercicio de democracia participat­iva, pues esto fortalece la nueva forma de tomar decisiones públicas.

Sólo con una fuerte protección al medio ambiente, como espacio de vida, lograremos el objetivo superior de garantizar el bienestar social de nuestro país. Esa es mi convicción y esa será mi responsabi­lidad.

Sólo con una fuerte protección al medio ambiente lograremos el objetivo de garantizar el bienestar social de nuestro país. Esa es mi convicción y será mi responsabi­lidad

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