Ralph es más que un pixel
Los sicólogos lo afirman: el cine no solo es entretenimiento, también un simulador emocional que puede educar
La película vista desde un punto de vista sicológico.
¿Sufre usted de pixiliasis? Seguramente no. ¿Conoce a alguien que sufra o haya sufrido de ella? Quienes vieron Ralph, el Demoledor, seguramente sí, pues este es el nombre de la discapacidad que provoca que Vanellope von Schweetz parpadee (aparezca y desaparezca involuntariamente en pantalla) y, si bien el padecimiento es ficticio, el aislamiento social y las burlas a los que se enfrenta esta conductora de autos de carrera es más que reconocible para quien, en el mundo real, tiene alguna discapacidad física o mental.
Y es que, aunque si de algo se puede acusar a Disney es de presentar estereotipos, es justo reconocer que esta compañía no ha desaprovechado el tiempo a la hora de enmendar la plana y así como sus princesas del siglo XXI no se enamoran a primera vista ni necesitan ser rescatadas, Vanellope, Ralph, Félix y el resto del elenco pueden demoler la separación entre su mundo y el nuestro para darnos más de una lección de sicología positiva (el estudio científico del bienestar físico, mental y social del ser humano).
Al estilo del filosófico maestro Yoda, otra de las adquisiciones de Disney: “Si la felicidad lograr quieres, las 24 fortalezas de carácter propuestas en 1998 por los sicólogos Martin Seligman y Christopher Peterson ejercitar debes”. Y si hay un medio masivo que nos sirva de manera análoga a un simulador de vuelo, en el que podamos ejercitar nuestra valentía, bondad creatividad, sentido de la justicia y las otras 21 fortalezas sin experimentar consecuencias no deseadas en nuestra vida cotidiana, ese es el cine.
Cuando los sicólogos dicen que alguien se está elevando no están, disneyanamente, pensando en elefantes que agitan sus orejas por los aires. No, para ellos elevación es la motivación que siente una persona de ayudar a otra al ver que, por ejemplo, Ralph construye un auto para que Vanellope participe en la carrera, lo que en este caso particular sería una elevación cinematográfica (esto es, la habilidad de una cinta para promover altruismo).
Si el cinevidente es inspirado por el comportamiento de Ralph para mejorar su propio bienestar, estaríamos en presencia de una admiración cinematográfica.
De acuerdo con lo que se conoce como teoría social cognitiva, una de las maneras en que aprende un niño es imitando el comportamiento de otras personas (reales o ficticias), por lo que tenemos que las películas pueden contribuir en la formación de un niño, lo que los psicólogos, ya no debe extrañarnos, llaman cineducación. Además son de ayuda para permitir un cambio en su comportamiento (y en el de los adultos) al poner de manifiesto situaciones en pantalla similares a las que enfrentan en la realidad mundana, lo que constituye la práctica de la cinematerapia.
Como parte tanto de la cineducación como de la cinematerapia, en 2014 la sicóloga Linda Jones Ruffer identificó 24 fortalezas de carácter exhibidas por personajes de diferentes películas animadas, incluyendo Ralph, el Demoledor, y determinó que en esta película resalta sobre todo el sentido de la justicia.
Según Jones Ruffer, a Ralph le parece injusto que en su videojuego él tenga que ser el villano, no porque sea malo sino porque alguien tiene que jugar ese papel. Le parece injusto que Q*Bert tenga que mendigar por estar desconectado el videojuego que estelariza; le parece injusto que en el aniversario de Ralph invitaran a todos menos a él; le parece injusto que Vanellope sea tratada de manera grosera y agresiva por las otras niñas sólo porque es diferente por su pixiliasis. Y al igual que cierto demoledor de molinos de viento, Ralph decide dedicarse a desfacer agravios, enderezar entuertos y proteger niñas con pixiliasis.
Pero no sólo en el campo de la sicología ha dejado Ralph su huella. En la botánica la facilitación es un término que indica la presencia de interacciones positivas entre diferentes especies de plantas y en las que se beneficia al menos una de ellas; por ejemplo, cuando un arbusto Azorella monantha funciona como “nodriza” o “isla de recursos” al aumentar humedad del suelo y enriquecerlo con nutrientes usados por plantas vecinas.
En 2017 el biólogo Christopher Lortie advirtió que la facilitación no necesariamente implicaba una competencia entre las especies o, en otras palabras, la interacción de arbustos como Azorella monantha no siempre tendría que ser positiva como si de un videojuego se tratara y las opciones mutuamente excluyentes fuesen “Demoler” o “Reparar”. Decidió bautizar a este hecho como Efecto Félix, el Reparador. ¿No podría tomarse esto como un caso de cineducación botánica?