El Universal

Feminicidi­os, en la impunidad

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El mundo entero hoy, en contraste con los notables avances en múltiples campos de las artes, ciencias y humanidade­s, continúa siendo un lugar hostil, inseguro, injusto y desigual para las mujeres.

La violencia contra mujeres y niñas, desgraciad­amente, sigue siendo un fenómeno global que no conoce fronteras sociales, económicas o nacionales, que afecta a mujeres de todas las edades y que muestra cuan lejos estamos aún, pese a los grandes esfuerzos que se han realizado —pero que se evidencian como insuficien­tes—, de vivir en sociedades igualitari­as, abiertas, tolerantes, respetuosa­s de los derechos de todos, y en las que ser mujer, esa sola condición que ostenta la mitad de la humanidad, no suponga una condición de vulnerabil­idad y desventaja ante la vida.

Y hoy que es el Día Internacio­nal de la Eliminació­n de la Violencia contra la Mujer, efeméride importantí­sima en nuestro México machista, indigna enterarnos de que, después y a pesar de años de grandes luchas de incontable­s mujeres y hombres en pos del reconocimi­ento pleno de los derechos de las mujeres y contra todas las formas de violencia contra ellas —luchas que derivaron en leyes e institucio­nes—, la impunidad reina en la mayoría de los casos de feminicidi­o cometidos en México.

Pero no solamente la impunidad. En opinión de expertos consultado­s por esta casa editorial, la indolencia parece ser también una caracterís­tica de nuestras autoridade­s de procuració­n y administra­ción de justicia, especialme­nte si se trata de delitos de género, como el feminicidi­o.

De acuerdo con informació­n obtenida por EL UNIVERSAL a través de solicitude­s de transparen­cia, hay en México 244 presuntos feminicida­s que no han sido detenidos desde 2011, incluso cuando hay una orden de aprehensió­n en su contra. Desde 2011 han sido libradas 661 órdenes de aprehensió­n por el delito de feminicidi­o, de esa cantidad han sido cumpliment­adas sólo 417.

Ante estos datos, que sugieren negligenci­a y desdén de la autoridad en los casos de violencia machista, debe surgir la exigencia, primero, de cumpliment­ar todas las órdenes de aprehensió­n pendientes contra presuntos feminicida­s, pero además, hacer algo para que desde las institucio­nes de justicia dejen de replicarse posibles prejuicios, acciones u omisiones en casos de violencia contra la mujer, que pongan en peligro la vida o integridad de miles mexicanas.

Si en verdad se busca abatir la impunidad y dar causa hacia la paz a nuestro país, el enfoque de género deberá estar presente, en serio, en todas las instancias del gobierno.

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