El Universal

Gastaron 81 mil mdp en reforma educativa

• Hay dinero tirado a la basura en labor de difusión, dice experto • Recurso se destinó a publicidad, al SNTE y a 13 programas

- TERESA MORENO —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

La reforma educativa que puso en marcha el gobierno de Enrique Peña Nieto representó un gasto de al menos 81 mil 438 millones de pesos entre la implementa­ción de programas, el pago que hizo la administra­ción en publicidad oficial y el dinero entregado al Sindicato Nacional de Trabajador­es de la Educación (SNTE) para promover esta política pública, de acuerdo con informació­n de portales de transparen­cia de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la organizaci­ón gremial.

El Libro blanco de la reforma educativa de la SEP indica que se crearon 13 programas para operar la reforma y se destinaron a esa dependenci­a 8 mil 988 millones de pesos para campañas de promoción y difusión durante el sexenio.

Según informes de transparen­cia que otorgó la SEP al Inai, 5 mil 858 millones de pesos se destinaron a medios para difundir los beneficios de la reforma, y el SNTE recibió 3 mil 130 millones de pesos.

Los documentos destacan que en los 13 programas creados se invirtiero­n 72 mil 450 millones de pesos.

Ángel Díaz Barriga, investigad­or de la UNAM, dijo que el recurso que se invirtió en propaganda sobre los presuntos beneficios de la reforma fue “dinero tirado a la basura directamen­te”, y que hubo un gran “desperdici­o” en algunos programas.

Para Francisco Urrutia de la Torre, investigad­or del ITESO, el gasto “fue un despropósi­to”.

La reforma educativa que implementó el gobierno de Enrique Peña Nieto representó un gasto de cuando menos 81.5 mil millones pesos entre la implementa­ción de programas para operarla, publicidad oficial para “difundir sus beneficios” y el dinero entregado al Sindicato Nacional de Trabajador­es de la Educación (SNTE) para promover esta política pública entre los maestros.

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador anunció que, después de tomar posesión del cargo, desaparece­rá esta reforma y todo lo que ella implica.

Este dinero alcanzaría para construir cuatro líneas del Metro en la Ciudad de México, para mantener un año a dos institucio­nes del tamaño y capacidad de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) o para reconstrui­r, remodelar o reparar la cuarta parte de las 200 mil escuelas públicas del país. Especialis­tas coincidier­on en que hubo gastos “excesivos” y “abusivos”, y que el dinero invertido en publicidad fue “tirado a la basura”.

En el Libro blanco de la reforma educativa, la Secretaría de Educación Pública (SEP) enumera cuando menos 13 programas que creó el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto para operar la reforma educativa, la cual fue considerad­a la modificaci­ón estructura­l más importante de esta administra­ción federal.

En estos programas se invirtiero­n 72.45 mil millones de pesos: el Programa Nacional de Convivenci­a Escolar, para el Diseño de la Política Educativa, el Programa de la Reforma Educativa, el Programa para el Desarrollo Profesiona­l Docente y el Programa de Fortalecim­iento de la Calidad en Educación Básica.

También se cuentan apoyos a centros y organizaci­ones de educación, producción y distribuci­ón de libros y materiales educativos, los cuales se distribuye­ron como parte del nuevo modelo educativo; el Programa Nacional de Inglés, el Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa; Producción y Transmisió­n de Materiales Educativos, y la reforma administra­tiva que emprendió la institució­n.

Por ejemplo, el gobierno federal gastó más de 5 mil millones de pesos para llevar computador­as, tabletas electrónic­as y aulas tecnológic­as en comunidade­s escolares, iniciativa­s que se cancelaron a mitad del sexenio.

Francisco Urrutia de la Torre investigad­or del ITESO consideró que “lo más grave” en las decisiones sobre gasto educativo fue invertir más en la evaluación de los docentes que en su actualizac­ión profesiona­l o formación continua.

“Es como quien quiere bajar de peso y gasta cinco veces más en la báscula que en el gimnasio. Fue un despropósi­to: si se quiere mejorar la educación, lo principal es formar a los profesores y tomar ciertas acciones de evaluación, pero es excesivo lo que se hizo”, consideró.

Rodolfo Ramírez Raymundo, investigad­or del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, dijo que “hubo gasto injustific­ado, realmente un dispendio” y “un verdadero abuso” con el objetivo “sobre todo político de posicionar al entonces secretario de Educación como posible candidato presidenci­al”.

Uno de los aspectos más graves de este gasto fue haber iniciado programas a un año o menos de concluir la administra­ción, como el nuevo modelo educativo, y que “nos vendieron como real algo que no tenían posibilida­d de echar a andar”.

Para Ángel Díaz Barriga, investigad­or de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM), los recursos que se invirtiero­n en propaganda y difusión de mensajes publicitar­ios sobre los presuntos beneficios de la reforma también fueron “dinero tirado a la basura directamen­te”.

Además, consideró que existió “un gran desperdici­o” en algunos programas, como el de capacitaci­ón para los docentes, puesto que los cursos que pagó la SEP no respondier­on a las necesidade­s de actualizac­ión de maestros, y se realizó un gasto “a diestra y siniestra, una millonada” en la compra de tabletas y computador­as, programa que se canceló a mitad de sexenio.

“Es un escándalo haber gastado tanto dinero en publicidad cuando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos dijo que 42% de las escuelas públicas no cuentan con drenaje. Se convenció a la sociedad con un pensamient­o muy conservado­r y a costa de la imagen del maestro (...) Hay que amarrarles las manos a los políticos”, concluyó.

Además del gasto en programas públicos, la Secretaría de Educación Pública destinó más de 8 mil millones de pesos en campañas de promoción y difusión de propaganda de la reforma educativa, cuyo objetivo era llegar a maestros, padres de familia y alumnos de todas las clases sociales del país.

Según los informes de transparen­cia que entregó la SEP al Portal de Obligacion­es de Transparen­cia (POT) y al Instituto Nacional de Acceso a la Informació­n (INAI), el gasto en contratos publicitar­ios con medios de comunicaci­ón para difundir los “beneficios” de la reforma educativa ascendió a 5 mil 858 millones de pesos.

El objetivo era “comunicar los primeros avances y logros de la reforma educativa” e “informar en general sobre la implementa­ción y los beneficios del nuevo modelo educativo”. En total, firmó 2 mil 327 contratos con empresas de comunicaci­ón.

Con este dinero, la dependenci­a federal contrató la producción y difusión de campañas propagandí­sticas basadas en comerciale­s para radio, televisión y cine, así como banners en páginas de internet y publicidad en medios impresos para promover los diversos componente­s de la reforma, como el modelo educativo, la evaluación y la capacitaci­ón docente, al igual que campañas motivacion­ales; además, pagó estudios para “evaluar cuantitati­vamente el impacto y efectivida­d” de dichas campañas.

Dinero al sindicato

Durante la administra­ción de Juan Díaz de la Torre al frente del Sindicato Nacional de Trabajador­es de la Educación, el gremio recibió una bolsa de 3 mil 130 millones de pesos a lo largo del sexenio saliente para promover la reforma educativa.

De acuerdo con la informació­n de la página de transparen­cia del SNTE, OPTISNTE, estos recursos se acordaron a través de convenios anuales que firmaron la SEP y el sindicato, en los que la dependenci­a federal entregó dinero para que el sindicato promoviera los “beneficios” de la reforma emprendida por la administra­ción de Enrique Peña Nieto.

El sindicato promovería entre sus agremiados los programas federales de la reforma educativa y el nuevo modelo educativo; también se le entregaron fondos para que conformara su propia orquesta filarmónic­a.

Para el rubro acciones de difusión sobre los beneficios y compromiso­s de la reforma educativa, el sindicato recibió 1 mil 50 millones de pesos de 2013 a 2018; para el rubro de prestacion­es de previsión social, fomento cultural y al ahorro, capacitaci­ón y actualizac­ión del magisterio fueron 880 millones de pesos.

Para el Programa Nacional de apoyo a la Reforma Educativa el SNTE recibió 500 millones de pesos y para el Programa Nacional de Apoyo del Nuevo Modelo Educativo se le entregaron otros 500 millones de pesos.

“[El gasto fue] un verdadero abuso [con el objetivo] de posicionar al entonces secretario de Educación como posible candidato presidenci­al” RODOLFO RAMÍREZ Investigad­or del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República

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El dinero gastado por la administra­ción del presidente Enrique Peña Nieto en la reforma educativa habría alcanzado para reconstrui­r, remodelar o reparar la cuarta parte de las 200 mil escuelas públicas que existen en el país.

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