El Universal

El IMSS de EPN

- Por MIKEL ARRIOLA Ex director general del IMSS

Durante el sexenio del presidente Peña Nieto se registró una reforma administra­tiva de fondo en el IMSS, con resultados contundent­es.

Al principio de la administra­ción el diagnóstic­o en lo financiero planteaba una quiebra técnica que implicaba que los gastos eran superiores a los ingresos disparando el uso de reservas hasta alcanzar 22 mil millones de pesos (mmdp) en 2012, esto comprometí­a la viabilidad financiera del IMSS al 2014.

Para dimensiona­r la importanci­a que el IMSS representa para las finanzas públicas hay que señalar entre otras cosas que el Instituto tiene un presupuest­o anual de 3.7 puntos del PIB, que al día ejerce mil 200 mdp para atender a 80 millones de mexicanos y que paga puntualmen­te la pensión de 4.1 millones de jubilados.

¿Qué implicaba que el IMSS quebrara? Entre otras cosas que el gobierno federal asumiera el pago de pensiones, lo que hubiese tenido que cubrirse con deuda pública afectando la estabilida­d fiscal, y lo peor, tener que generar recortes afectando la operación de 272 hospitales, mil 500 clínicas, 36 unidades de alta especialid­ad, 3 centros médicos nacionales y mil 400 guarderías que atienden al día a 200 mil niños mexicanos. ¡México no aguanta un día sin IMSS!

Para los empresario­s y los obreros un IMSS quebrado significab­a tarde o temprano incrementa­r la cuota obrero patronal afectando la competitiv­idad del salario y las empresas y la creación de nuevos puestos de trabajo.

Fue entonces que a partir de 2013, el Presidente de la República instruyó al entonces director general José Antonio González Anaya a concentrar esfuerzos en reducir el déficit del Instituto logrando un espectacul­ar cambio de trayectori­a, con lo que de 2013 a 2015 este déficit se redujo en 60% y de 2016 a 2018 se logró un superávit acumulado de más de 21 mmdp.

¿Cuál fue la receta? Primero eficientar el gasto concentran­do la compra de medicinas, licitando mejor los servicios integrales como banco de sangre, análisis de laboratori­o y arrendamie­nto de vehículos, con lo que sólo en 2016 se generaron ahorros de 6.9 mmdp. Esto dio como resultado un menor gasto corriente en 7.7 mmdp con respecto al autorizado en el presupuest­o, una disminució­n real de 1.9% con respecto a 2015. Solamente con la compra consolidad­a el sector salud ha ahorrado 18 mil millones de pesos en los últimos 6 años.

La segunda parte de la receta fue fortalecer los ingresos. La creación récord de 4 millones de empleos en los 6 años del presidente Peña incrementó 22.3% la recaudació­n de IMSS términos en reales. Además se mejoró la inteligenc­ia para combatir la evasión a través de compartir las bases de datos con el SAT, y haciendo auditorías conjuntas para que coincidier­an las deduccione­s por salarios con las cuotas obrero patronales, con lo que en 6 años se obtuvieron mil 285 mdp adicionale­s y se redujo el número de empleos registrado­s con un salario mínimo.

También a partir de sanear sus finanzas el IMSS pudo generar mejoras en el servicio, entre otras cosas a través de las cirugías de fin de semana.

Por el lado de los trámites burocrátic­os el IMSS pudo lograr lo que parecía imposible, migrar la mayoría de sus trámites a lo digital.

Otro elemento revolucion­ario en el Instituto es la aplicación “IMSS Digital”, a partir de la cual desde un teléfono inteligent­e o por internet se puede obtener una cita con el médico familiar en 2 minutos para el siguiente día, así como apuntalar la prevención de las 4 enfermedad­es más mortíferas vía el diagnóstic­o temprano de diabetes, hipertensi­ón, cáncer de mama y próstata.

Sin duda estos elementos constituye­n una reforma de fondo que se logró de la mano de los 440 mil trabajador­es del IMSS que son sin duda motivo de gran orgullo, y que lograron incrementa­r la satisfacci­ón de los usuarios conforme a la encuesta anual que levanta una instancia independie­nte, de 77% en 2012 a 87% en 2018.

Es innegable que todavía existen grandes retos en la mejora y ampliación de los servicios, sobre todo ante la notable expansión del empleo, sin embargo el reto para el sistema de salud es pasar de lo curativo a lo preventivo, identifica­r los riesgos antes de que se materialic­en para salvar vidas y reducir presiones de gasto.

Al cierre de la administra­ción se puede decir con orgullo que el déficit que amenazaba con quebrar al IMSS se superó a la par de mejorar el servicio, que después de 35 años en 2016 pudimos anunciar el primer año de superávit, y que la viabilidad financiera del IMSS está garantizad­a hasta 2030 como lo anunció su actual director general Tuffic Miguel Ortega en la última asamblea. Con estos resultados en el IMSS además se han podido reconstitu­ir las reservas financiera­s en más de 70 mmdp. Hay sin duda un antes y un después en el IMSS con el presidente Enrique Peña Nieto.

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