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Monterrey.— Los Pumas hicieron lo que pudieron. Se pararon valientes en territorio tigre, mostraron sus armas, ofendieron, pero la ley de la selva —al final— ganó.

Un felino chico nunca derrotará al grande. Los Tigres ganaron y se fueron con ventaja en la eliminatoria (2-1). Poca, pero suficiente, tratándose de un equipo de Ricardo Ferretti.

Los Pumas fueron valientes, a pesar de que se la pasaron defendiendo la mayor parte del tiempo; lo hicieron con idea y gallardía. Casi les funciona cuando Felipe Mora sacó ventaja, pero la suerte se les volteó y Javier Aquino, junto con Jesús Dueñas, firmaron la remontada.

¿Cómo se le gana a un equipo lleno de estrellas y millones? Con actitud y disposición táctica, y aunque eso se supone va implícito cada vez que un conjunto salta a la cancha, lo que hizo Pumas destacó por esos factores.

Y para coronar el sistema de David Patiño, vino el gol a los 8 minutos, producto de presionar desde la salida. Hugo Ayala se equivocó, dejando dos remates de Pumas en las narices de Nahuel Guzmán. Ambos, el portero argentino los rechazó, pero el tercero, el de Mora, no, y cayó el gol, uno que condicionó aún más el juego de los regiomontanos, quienes —heridos en su orgullo— tuvieron que jugar a dominar, cuando no es lo que mejor les sale.

En todo el juego, la tónica fue la misma. Los amarillos con la pelota, intentando desbordes por fuera, paredes por dentro. Con centros a los que les sobraba un centímetro o les faltaban dos para el remate contundente y unos Pumas que se aferraron al último esfuerzo y a un golpe de suerte.

Todo le salía bien a los visitantes. Tigres ya estaba desesperado, luchaba aisladamente. Lo único que podía voltear esto era que la suerte cambiara de aires. Y pasó.

Javier Aquino y Jesús Dueñas intentaron dos disparos fuera del área. Ambos vencieron a Alfredo Saldívar y dieron a los norteños un apretado triunfo.

Tigres se va con ventaja mínima, pero parece que será suficiente. Al final, casi siempre pasa, el felino grande se come al chico.

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Óscar Macías tuvo una actuación regular, sobre todo por una jugada polémica en el área de los Tigres. Además, resulta bastante criticable que se deje gritonear por todos los jugadores. Le puso el freno a André-Pierre Gignac, pero se dejó mangonear por Alejandro Arribas. Lo mejor es que no hubo polémica con el VAR, como ha sido la constante en estos juegos de ida en los cuartos de final.