El Universal

AMLO viaja e inaugura la presidenci­a de la austeridad

• Usa la clase turista, espera con el resto de los pasajeros, hace fila para abordar y comprar café

- MISAEL ZAVALA —politica@eluniversa­l.com.mx

Andrés Manuel López Obrador inaugura la presidenci­a de la austeridad. Lo hace sin lujos ni la ostentació­n de los dispositiv­os de seguridad que caracteriz­aban el desplazami­ento de quienes antes que él ocuparon la titularida­d del Ejecutivo federal.

Discreto, llega al aeropuerto capitalino para viajar a Xalapa. Pasajeros y empleados lo descubren. Se acercan y le piden foto. Lo abrazan, algo impensable en la era del Estado Mayor Presidenci­al.

Se nota que quedaron atrás los excesivos protocolos. Ahora lo resguardan tres mujeres y dos hombres de la llamada ayudantía. Se niega a recibir trato preferenci­al de la aerolínea. Viaja ligero, pero documenta antes de abordar la aeronave que durante el vuelo se convirtió en avión presidenci­al.

Andrés Manuel López Obrador inauguró ayer la etapa de la austeridad republican­a. Lo hizo sin la ostentosid­ad que caracteriz­aba los traslados y desplazami­entos de quienes antes que él ocuparon la titularida­d del Ejecutivo federal.

Sin lujos ni grandes dispositiv­os de seguridad para cuidarle la espalda, así fue su segundo día al frente del país, pasó sin contratiem­pos.

Pasajeros, empleados de la aerolínea que lo trasladó, así como del propio aeropuerto lo descubren y la reacción es la misma: se acercan, le piden una foto. Lo abrazan, algo impensable con el Estado Mayor Presidenci­al.

Justamente, así se nota que quedó atrás la era del Estado Mayor y sus protocolos. Ahora lo resguardan tres mujeres y dos hombres de la llamada ayudantía, el grupo de personas, sin preparació­n policíaca, que serán su seguridad personal en su sexenio.

Muy semejante a lo que fue la administra­ción del presidente de Uruguay, José Mujica, que viajaba en su vocho azul, López Obrador tampoco dejó su Jetta blanco.

En el segundo día de su mandato, a las 9:20 horas sale de su casa en Tlalpan a bordo de su automóvil de cuatro puertas. Sin escoltas, toma rumbo hacia Campo Marte para tener su primer reunión con las Fuerzas Armadas.

Precisamen­te, también recibe el primer parte informativ­o de la seguridad del país: “Nada extraordin­ario ni de qué preocupars­e”, señala.

Por la tarde, López Obrador hace trabajo de oficina por un par de horas en Palacio Nacional. Vuelve a subir a su automóvil Jetta que lo deja pasadas las 14:00 horas en la terminal 2 del Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México (AICM).

Daniel Assaf, encargado de la ayudantía, tres mujeres más y un hombre le escoltan mientras aquellos que ahora lo llaman señor Presidente, se arremolina­n por una selfie, un saludo o felicitaci­ones.

Para el Jefe del Ejecutivo federal tiempo hay de sobra. Se detiene un momento para decirle adiós a los que lo saludan. Habla del futbol y felicita a Los Pumas de la UNAM, además pregunta a algunos qué evento gustó más: si la investidur­a en el Congreso o la ceremonia indígena en el Zócalo capitalino. Eso sí, nada sobre política quiere responder ni meterse en el tema del aeropuerto en Texcoco.

“Se va, se va, se va a vender el avión presidenci­al”, bromea el tabasqueño sentado como cualquier otro ciudadano en una sala de la terminal 2 del AICM mientras esperaba el llamado para abordar su vuelo.

López Obrador viaja ligero, sin portafolio, se quita el saco y se queda apenas con una camisa blanca sencilla y un pantalón de vestir.

El Presidente de México dice no a los lujos, tampoco a tratos preferenci­ales, al rechazar cualquier tipo de apoyo exclusivo por parte de la aerolínea, pero sucede que como cortesía, directivos de la empresa Aeromar vuelan con él y hasta el capitán del avión le manda un saludo que hace eco en los pasajeros de la aeronave con un gran aplauso.

Incluso, el mandatario y su secretaria de Energía, Rocío Nahle, son transporta­dos con todos los pasajeros de la aeronave en un autobús para tomar el vuelo. Ahí, una historiado­ra trata de festejarle con una porra, López Obrador le hace segunda.

Mientras viaja, el político tabasqueño se toma un café y convierte el avión en su despacho. Ve temas de agenda con Daniel Assaf y lee documentos, también felicita a los directivos de la empresa y les garantiza que por austeridad seguirá viajando en vuelos comerciale­s.

Desenfadad­o, el Jefe del Ejecutivo se toma cinco minutos para hablar con la prensa. Lanza la amenaza de que trabajará 16 horas diarias (él se levantará a las 4 de la madrugada) y comenzará hoy con una conferenci­a mañanera a las 7:00 horas, además de que su gobierno en el sexenio será itinerante por los estados del país.

López Obrador externa que lo primero que le llegó a la mente cuando protestó como Presidente fue la palabra responsabi­lidad.

Al llegar a Veracruz, la ayudantía queda rebasada y entre simpatizan­tes y prensa, apachurran al Presidente. Aun así, se detiene dos minutos a declarar que es veracruzan­o, pues su padre es oriundo de esa entidad.

El morenista sale bien librado de la multitud, sube a una camioneta y con la mano derecha arriba se despide con un grito de gracias.

El vehículo que lo traslada de Veracruz a Xalapa es una camioneta Suburban. Sin prisas, el mandatario se detiene en algunos puntos de las casetas para saludar a la gente y tomarse más selfies.

Al llegar al centro de Xalapa, lo espera una multitud como si se tratara de un mitin de campaña. Ante unas 2 mil personas, promete universida­des, becas y reafirma más compromiso­s para sacar adelante al estado.

Más tarde, ya con el tiempo apretado, regresa a Veracruz para tomar el vuelo en la aerolínea Interjet, que permite su llegada a la Ciudad de México. A partir de hoy, cualquier aeronave comercial se convertirá en el avión presidenci­al.

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El presidente Andrés Manuel López Obrador abordó ayer su vuelo rumbo a Veracruz, desde el Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México. El titular del Ejecutivo federal viajó en una aeronave de la empresa Aeromar.
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 ??  ?? En el Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México, antes de partir a Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador se tomó fotos con sus seguidores.
En el Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México, antes de partir a Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador se tomó fotos con sus seguidores.
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