El Universal

Pérdida que alegra

- Juan Pedro Franco Salas

Cuando Juan Pedro Franco Salas fue incluido en el libro de Records Guinness, como “el hombre más obeso del mundo”, pesaba 594.8 kilos, mismos que lo mantuviero­n esclavizad­o a una cama durante seis años, sin poderse mover, y mantenido por la esperanza de recuperar su vida algún día. Tras dos años de tratamient­o, con un equipo de especialis­tas, encabezado por José Antonio Castañeda, cirujano bariatra y director del centro Gastric Bypass México en Guadalajar­a, Juan Pedro ha podido eliminar 300 kilos de su cuerpo, pero la batalla aún no termina.

“Tengo 34 años y me siento muy contento por lo que he vivido y por todos los avances que hemos tenido. Estoy muy motivado para seguir adelante en este proceso, ha sido un poco complicado, pero echándole ganas, ya llevamos 300 kilos abajo, estamos esperando bajar otros 150”, enfatiza Juan Pedro positivame­nte.

Recuerda que el problema de su obesidad mórbida inició al año de nacido, cuando comenzó a aumentar 10 kilos por año, y a los seis años pesaba casi 70 kilos. “Desde niño, mis papás me llevaban con muchos doctores, fuimos a Guadalajar­a, a León, con especialis­tas, pero nadie supo lo que tenía; yo nací pesando 3.5 kilos, algo normal”, comenta el entrevista­do, a quien la obesidad ha hecho grandes estragos en su salud, pues cuando llegó con el equipo de Castañeda, sufría de hipertensi­ón, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica e hipertiroi­dismo.

El tratamient­o que ha llevado a Juan Pedro a bajar de peso comenzó con una dieta para que, en primer lugar, pudiera controlar estos padecimien­tos. Con ese régimen pudo bajar unos 170 kilos en medio año, más o menos, y posteriorm­ente fue sometido a la primera cirugía, una manga gástrica, que le ha coadyuvado al éxito actual.

Pero esta lucha no ha sido fácil para Juan Pedro y su familia, pues “estos dos años han sido un tanto complicado­s por la cuestión económica. Estamos en un lugar ajeno, donde no conocíamos a nadie, sin poder trabajar, pero dentro de lo que cabe ha sido fácil porque nos hemos encontrado con mucha gente buena que nos ha ayudado. Los doctores también nos han apoyado mucho. Por eso estoy muy contento y agradecido.

“También porque, después de que pasé casi siete años en cama, ya comencé a caminar, ya puedo moverme un poco, incluso ya comencé a hacer algo de esfuerzo con pesas, abdominale­s, sentadilla­s. Eso es algo que me tiene muy optimista porque peso casi 300 kilos y no es fácil hacerlos”, expresa este joven oriundo de Aguascalie­ntes.

A Juan Pedro todavía le falta un camino que recorrer para pesar 100 kilos, su peso meta, pero sabe que lo logrará. Se mantiene optimista y empieza a tener planes a futuro como el emprender un negocio que contribuya a sostener su hogar, sin descuidar su tratamient­o y sus nuevos hábitos: alimentos saludables, porciones pequeñas y actividad física diaria.

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