La rutina
Empieza con doble limpieza. Primero con un producto a base de aceite para quitar el maquillaje y luego lava con otro a base de agua.
Sigue con la exfoliación para eliminar las células muertas. Es recomendable conocer nuestro tipo de piel y determinar la frecuencia basados en la recomendación de expertos.
Posteriormente, aplica tónico o toner (sin alcohol), que es bien conocido en nuestra cultura, a diferencia de lo que viene: la “esencia facial”, un poco menos concentrado que el suero, es el producto que seguirá en esta rutina.
Las mascarillas ocupan un lugar muy importante para nutrir, hidratar, iluminar, reparar... No es necesario que las apliques a diario, puedes usarlas dos o tres veces a la semana únicamente.