El Universal

El hotel de lujo que duró poco

En avenida Niños Héroes está una fastuosa posada de los 40. Hoy es bodega y set de cintas y comerciale­s

- CARLOS VILLASANA Y RUTH GÓMEZ

En la avenida Niños Héroes, a unos pasos de la estación del Metro del mismo nombre y frente al Tribunal Superior de Justicia de la capital, sobresale una construcci­ón que, por su deterioro y aspecto, se le ha llamado popularmen­te “embrujada”: es el hotel La Posada del Sol.

La entrada es lo único que se distingue entre los puestos de comida que se extienden a lo largo de la calle, cuyos coloridos rótulos o iluminacio­nes contrastan con el material de la fachada de la construcci­ón.

Su historia se remonta a la primera mitad del siglo pasado, cuando el ingeniero Fernando Saldaña Galván decidió invertir parte de su fortuna en su propio hotel.

La Posada del Sol estaba planeada para que la gente, además de alojarse, pudiera disfrutar del bar, de los salones o de un paseo entre jardines y esculturas. Sus siete niveles estaban construido­s, principalm­ente, de piedra y tezontle, ornamentad­os con vitrales y herrería.

Hoy lo único que queda visible para los curiosos son sus diferentes estilos arquitectó­nicos a simple vista desde el exterior.

A pesar de su majestuosi­dad, su actividad como hotel fue efímera. La explicació­n poco a poco se ha tornado en leyenda: se dice que su dueño quedó bastante endeudado tras la construcci­ón y tomó la decisión de suicidarse dentro del hotel, pero no hay pruebas que lo confirmen. Con el tiempo, el inmueble pasó a manos del Gobierno capitalino y desde entonces se ha usado como bodega.

Algunos medios han logrado escabullir­se al interior del lugar, sus fotografía­s registran madera podrida, salones y estancias completame­nte vacías y un altar que se atribuye a la segunda leyenda más famosa del sitio: cuando fungía como una instancia del DIF, la hija de una trabajador­a se perdió y fue hallada muerta.

Actualment­e, la estructura de La Posada del Sol está ligerament­e inclinada, pero ha sobrevivid­o a varios sismos. Este lugar se renta para que se filmen comerciale­s o escenas de películas, como Kilómetro 31, de Rigoberto Castañeda, o Forward, de Henry Bedwell.

En nuestra visita observamos que la entrada de Niños Héroes 139 se abrió un par de veces sólo para que entraran dos mujeres que empujaban diablitos; el vigilante nos dijo que no se permitía el acceso a nadie.

Quienes se encontraba­n en los puestos de alimentos cercanos contaron que “de vez en cuando” entran por agua; un comensal comentó que nunca se había preguntado la historia de ese lugar: “Cuando uno vive aquí —en la ciudad— a veces no da tiempo de fijarse en esas cosas, ¿no?”.

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Exterior del hotel La Posada del Sol en la década de los 50, situado en avenida Niños Héroes, frente al Tribunal Superior de Justicia, en la colonia Doctores.

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