¿No que no hay contrapesos para AMLO?
Como le adelanté aquí el pasado 28 de noviembre (goo.gl/H872KC), el Senado interpuso ante la Corte una acción de inconstitucionalidad contra el recorte de salarios de la alta burocracia, la tipificación del delito de remuneraciones ilegales y las sanciones de multa y cárcel a quienes incurran en él.
Para presentarla era necesario el aval de al menos 43 senadores (33% del total) y la oposición logró juntarlos. De manera que más allá de las implicaciones directas de esta acción de inconstitucionalidad, lo que quedó claro es que la Cámara Alta puede conformar el bloque mínimo necesario para impugnar ante la Corte cualquier reforma o ley que apruebe la mayoría de Morena, lo que contradice a quienes muy preocupados advierten que la fuerza de AMLO y Morena barrió con los contrapesos democráticos institucionales.
Esta acción de inconstitucionalidad fue interpuesta el miércoles pasado, a unas horas de que venciera el plazo legal para hacerlo, y se suma a la de la CNDH del pasado 23 de noviembre y a la avalancha de amparos que se veía venir. Hasta el viernes pasado, 512 demandas colectivas tramitadas por dos mil 835 personas: 331 jueces, 366 magistrados, mil 37 secretarios de juzgado, 215 actuarios, 514 oficiales y 372 servidores públicos de distintas dependencias.
Pero una diferencia central entre la acción de inconstitucionalidad de la CNDH y la de los senadores, es que aquella no solicitó la suspensión provisional de lo reclamado, en lo que se resuelve el fondo; y esta última sí, lo que, de concederse, en el transcurso de las próximas horas, pegaría en la línea de flotación del Presupuesto 2019 que el nuevo gobierno federal deberá presentar a la Cámara de Diputados dentro de nueve días.
La acción de inconstitucionalidad de los senadores seguramente será turnada, porque el fondo de asunto es el mismo, a quien dio entrada a la de la CNDH, es decir, el ministro Alberto Pérez Dayán. Él decidirá si le da entrada y concede la suspensión provisional.
El Poder Judicial es la instancia que con más vigor ha enarbolado la bandera contra el recorte salarial a los servidores públicos, sobre todo por sus jueces y magistrados. Esto ha llevado a una severa confrontación con el Ejecutivo de la que no se tiene precedente en la historia reciente del país.
Y precisamente es en ese contexto es que se dirimirán dos asuntos cruciales para el PJ. El remplazo de dos ministros: uno que acaba de concluir su encargo y otro que está por hacerlo en el máximo tribunal del país.
AMLO dio a conocer la terna para remplazar al ministro José Ramón Cosío, quien salió de la Corte el pasado 30 de noviembre: Celia Maya García, magistrada del Tribunal de Justicia de Querétaro; Loretta Ortiz Ahlf, quien proviene de la academia y es hija de José Agustín Ortiz Pinchetti, un cercanísimo histórico de AMLO, y Juan Luis González Alcántara Carrancá, magistrado de la Cuarta Sala Familiar y ex presidente del Tribunal de Justicia del entonces Distrito Federal, también del círculo interno del presidente. Ya se verá en febrero próximo a quién propone para remplazar a la ministra Margarita Luna Ramos.
Hoy, mientras tanto, vence el plazo de cinco días hábiles para que los ministros de la Corte que buscan presidir el máximo tribunal hagan pública su aspiración y presenten planes de trabajo. Hasta ayer en la tarde ninguno de ellos lo había hecho, aunque suenen muy fuerte para sustituir al ministro Luis María Aguilar, cuya presidencia concluye el 31 de diciembre próximo, los ministros Jorge Pardo Rebolledo, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Alberto Pérez Dayán. Aseguran en la Corte que sus proyectos serán subidos a la página de internet del máximo tribunal.
Instantánea: 1. CONAGO. Desde el martes pasado, Alejandro Moreno Cárdenas, de Campeche, preside la Conferencia Nacional de Gobernadores, es decir, tres días después de la toma de posesión de AMLO. En corrillos políticos la mayoría apuesta a que habrá una relación institucional entre los dos niveles de gobierno. Al interior de la Conago se tiene la convicción de que son momentos de construir puentes y detonar muros, si es que los hay.