La conciencia ética del lujo
Livia Firth acompaña a Chopard en su cruzada verde. ¿Cómo ha conseguido la firma que el 100% de su producción sea con oro ético?
Livia Firth está sentada en un sofá con vistas a una de las grandes avenidas de Ciudad de México. Un gran ventanal deja ver un grafiti que la fundadora y directora creativa de Eco-Age convierte en mantra en su discurso. “Soy porque somos”, reza un inmenso mural sobre un árbol de la vida de vivos colores. Esta frase significa que hay un enlace universal que conecta a toda la humanidad, que implica tener en cuenta al otro, que promueve la cooperación entre individuos, culturas y naciones. Una forma de ver la vida que se liga indiscutiblemente a la labor de Firth en su cruzada personal y profesional a favor de las prácticas sustentables en la industria del lujo, un modelo de negocio respetuoso con el medio ambiente y el capital humano. Una filosofía que hizo clic inmediato con Caroline Scheufele, copresidenta de Chopard, en 2011. Ese año, Livia y Caroline se encontraron en la entrega de los Oscar. Livia le preguntó a Caroline de dónde procedía el oro que usaban para sus joyas y relojes. “Compramos los lingotes en el banco, en UBS, como todos”, dijo Scheufele. Y en ese instante, cuenta Livia, “se dio cuenta que en realidad no tenía ni idea de dónde procedía su materia prima”. En este encuentro se sembraron las semillas de The Journey of Sustainable Luxury, que arrancó un año después y que este año ha conseguido convertir a Chopard en la úni- ca empresa de lujo que usa 100% de oro ético en toda su producción. Esto quiere decir que Chopard es capaz de asegurar la trazabilidad completa del origen de su metal precioso, que tiene certificado Fairmined, lo que significa que ha sido producido según estándares sociales, medioambientales y éticos.
La activista y agitadora profesional (así se define en su cuenta de Instagram) convirtió el pasado SIAR en un foro de conciencia verde la cita anual más importante de la alta relojería en Latinoamérica. La dama “eco” no es una mujer estridente ni apabullante. El día de la entrevista vestía una camisa negra de Emilia Wickstead, que ya ha usado más de 30 veces (“cada vez que te compres algo piensa si lo usarás al menos 30 veces”, aconseja para alertar sobre los efectos ambientales del “fast fashion”) y un colgante de calaveras de su colección. En la muñeca, una pulsera Happy Hearts de Chopard y unos imponentes aretes de oro y diamantes éticos, también de la firma.
La también conocida por ser la esposa del actor Colin Firth comenzó su batalla verde en 2009. Tuvo un encuentro crucial con la columnista de The Observer y experta en consumo responsable, Lucy Siegle, la retó a combinar ética y estética en sus atuendos de alfombra roja. A este desafío lo llamaron Green Carpet Challenge (GCC). La primera colección de alta joyería desarrollada por Chopard con el código rodeados por Colin y Livia Firth. Livia Firth ético GCC fue The Green Carpet Collection. Marion Cotillard lució un brazalete y unos pendientes en la edición 2013 del Festival de Cannes y Cate Blanchett recibió su Oscar por Blue Jasmine con unos pendientes de diamantes con oro ético. La siguiente parada del viaje fue la presentación en Basilea del primer reloj del mundo manufacturado en oro Fairmined que Colin Firth utilizó para llevar el mensaje al mundo. Este año, Chopard reunió en la Feria de Basilea a celebridades como Julianne Moore, Colin Firth y Arizona Muse. Junto a Livia Firth anunciaron que a partir de julio de este año toda su producción sería 100% con oro ético. El siguiente paso, según Livia, las piedras preciosas.