Evolución del clásico
El icónico Regulador de Chronoswiss celebra 30 años de vida
A 35 años de su fundación por Gerd-Rüdiger Lang, Chronoswiss conserva la valentía y originalidad de sus inicios, cuando nació como una pequeña marca basada en Múnich que apostó con vehemencia por la relojería mecánica en plena resaca provocada por la crisis del cuarzo.
Maestro relojero con una larga carrera en Heuer y coleccionista ávido de cronógrafos, a Lang se le reconocen dos golpes de ingenio mayúsculos que ayudaron a dar forma a la industria como hoy la conocemos. Fue el primero que puso un cristal transparente en el fondo de la caja de sus guardatiempos para mostrar la belleza de los mecanismos y también fue el primero que fabricó un reloj de pulso con una carátula tipo regulador. Esto significa que la aguja de los minutos es la principal, mientras que las horas y los segundos se despliegan en subesferas más pequeñas.
El Régulateur de Chronoswiss con calibre de carga manual vio la luz en 1988, hace 30 años, y sin demora se convirtió en su modelo más exitoso y emblemático. Le siguieron el Régulateur Automatique (1990) y el Grand Régulateur (1994), y otras evoluciones más avanzadas como el Régulateur à Tourbillon (2000) y el Chronoscope (2001), que fue el primer cronógrafo automático con esa configuración.
Lang vendió su empresa en 2012 al matrimonio suizo Oliver y Eva Ebstein, quienes la mudaron a Lucerna. Dos años después inauguraron House of Chronoswiss, una “boutique-atelier” donde los visitantes pueden observar a los relojeros y artesanos mientras ensamblan y decoran las piezas de la firma.
Los Ebstein se propusieron modernizar el ícono de la marca y en 2016 presentaron el Flying Regulator, con una esfera tridimensional gracias a unos puentes que levantan y hacen flotar los indicadores de los minutos, las horas y los segundos. Esta arquitectura se complementó con guillochés impecables de colores atrevidos. También fue lanzado un modelo con hora saltante y otro esqueletado.
El paso más reciente de esta reinvención se llama Sirius Flying Regulator Open Gear y fue desarrollado para conmemorar el 30 aniversario del Régulateur. El reloj conserva la estructura en dos niveles: el inferior galvanizado en diferentes colores y el superior con los puentes del tren de ruedas esqueletados y las subesferas de horas y segundos con una construcción tipo embudo que acentúa la bella sensación de profundidad.
El calibre C.299 de carga automática ha sido modificado para hacerlo visible. Además de los puentes antes mencionados, a las 6 se puede observar la rueda de segundos en acción. Está disponible en cuatro versiones: caja de acero de 41 mm con esfera azul, negra o plateada, y caja de oro rojo con esfera plateada.