Policía no logra evitar hostilidad
La violencia se registra en tribunas y pasillos del Estadio Azteca
El enojo de los aficionados universitarios fue mal canalizado y se salió de control. La euforia por el juego de semifinales entre el América y los Pumas convirtió al Estadio Azteca en un campo de batalla.
Antes de que acabara el encuentro entre Águilas y felinos, las tribunas del Coloso de Santa Úrsula ya presentaban brotes de violencia, con peleas aisladas. En las cabeceras y laterales de las gradas, cuatro conatos de bronca apagaron la fiesta azulcrema, cuyos colores ya eran mayoría en el inmueble, luego de que decenas de auriazules abandonaron el estadio desde el minuto 60.
Sin embargo, la cosas se salieron de control cuando un grupo de aficionados americanistas celebraba en los pasillos del Azteca y fue agredido por un sector de seguidores auriazules.
La policía llegó tarde y las agresiones fueron aumentando. Aficionados del América se aliaron para responder y la seguridad seguía siendo insuficiente, por lo que la reyerta se generalizó en unos cuantos minutos.
Niños y mujeres lloraban sin saber lo que sucedía. Otros exigían a los policías que detuvieran a los agresores, acto que no se dio. Las cosas llegaron hasta la explanada del lado de avenida Insurgentes.
Protección Civil, y miembros de la Secretaría de Seguridad Pública llegaron a calmar la situación. El caos se fue aplacando y la afición comenzó el festejo. Lo cierto es que las autoridades fueron incapaces de controlar los ánimos de la gente en tiempo y forma.
El jueves y domingo, la seguridad de la Ciudad de México tendrá otra dura prueba en el Azteca. La final del futbol mexicano será totalmente capitalina.
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