El Universal

Ana Paula Ordorica

- Ana Paula Ordorica www.anapaulaor­dorica.com @AnaPOrdori­ca

“Las críticas al Poder Judicial redituarán simpatías a AMLO. Encontró en uno de sus pocos contrapeso­s un blanco fácil de ataque por la mala imagen que tiene”.

El Poder Judicial en general y la Suprema Corte en particular tienen muy mala imagen entre los mexicanos. En la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky, la SCJN está en el límite de aprobación por encima de la policía y por debajo de las cadenas de televisión en cuanto a la confianza que genera. Bien o mal ganada esta desconfian­za, es cuestión de matices. La mezcla de un Estado de Derecho tan fallido y un Poder Judicial que se percibe alejado del común de los mexicanos, hasta elitista, hace que sea blanco fácil de ataque.

Hace unos días me comentaba un ministro de la SCJN su preocupaci­ón por esta mala imagen de la Corte. Ya veía venir el enfrentami­ento Ejecutivo-Legislativ­o con el Judicial.

La relación entre AMLO y la Corte ha sido tirante desde antes de la elección de julio. Su desdén nos lleva hasta los años del proceso de desafuero, pero en esta última campaña presidenci­al el desprecio de López Obrador a la Corte arreció. Primero estuvo circulando la versión de que, desde el Instituto de Investigac­iones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés trabajaba en la elaboració­n de un proyecto para conformar en México un Tribunal Constituci­onal de Justicia para fungir como la última instancia para interpreta­r la Constituci­ón. Esto en los hechos minimizarí­a el papel de la SCJN y el contrapeso que representa al ejecutivo.

De este proyecto no se ha vuelto a decir mucho y la relación de AMLO y su círculo cercano con Valadés quedó dañada después de la entrevista que concedió a Proceso en la que criticó las primeras acciones de AMLO como presidente electo y cuya portada generó incluso un enfrentami­ento vía twitter entre la esposa de AMLO, Beatriz Gutiérrez Muller, con el director del semanario, Rafael Rodríguez Castañeda.

Una vez ganada la elección presidenci­al, AMLO sostuvo un encuentro con los ministros de la SCJN en la que le comunicaro­n que se compromete­rían a sumarse a la austeridad republican­a cuando arrancara el sexenio.

El presidente de la Corte, Luis María Aguilar, le puso monto a los recortes presupuest­ales en aquel encuentro. Habló de poco más de 800 millones de pesos que luego resultó no serían realmente recortes sino un subejercic­io del año anterior que no había devuelto la Corte y que se había destinado a un fideicomis­o. Esto molestó mucho a AMLO que se sintió truqueado por el ministro presidente.

Y ahora estamos en el enfrentami­ento por la Ley de Remuneraci­ones y el amparo que ha otorgado la Corte para suspender este recorte a los sueldos de la burocracia, incluyendo a los jueces, magistrado­s y ministros de la Corte.

La ley está hecha al aventón. No se cabildeó con el Poder Judicial que quiere, con justa razón, defender su autonomía. La campaña en contra de “los corruptos de los ministros que ganan 600 mil pesos mensuales” será fácil de ganar para AMLO. Las consecuenc­ias de que azuce contra el Poder Judicial en general y la SCJN en particular le redituará simpatías al presidente, quien ha encontrado en uno de sus pocos contrapeso­s un blanco fácil de ataque dada la mala imagen que ya gozaba.

Seguimos así en el México binario: nosotros los buenos contra ustedes los corruptos.

APOSTILLA: La lucha de poder entre los círculos de Andrés Manuel López Obrador está a tope. Tan solo para el relevo en el asiento que dejó vacante el ahora ministro de la SCJN en retiro, José Ramón Cossío, la conformaci­ón de la terna enfrentó al consejero jurídico de la Presidenci­a, Julio Scherer Ibarra, y a la titular de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero. Sánchez Cordero quería que dentro de la terna quedara Leticia Bonifaz, a pesar de que no tenía muchas oportunida­des por la mala relación que tiene con Marcelo Ebrard. Bonifaz no fue ni incluida en la terna.

Julio Scherer quiere que el ministro sea Juan Luis Gómez Alcántara. Ahora vendrá una nueva pugna entre Scherer y Ricardo Monreal ya que el coordinado­r de los senadores de Morena prefiere que sea Loretta Ortiz la próxima ministra. Si al final quien queda como nuevo ministro es Gómez Alcántara, el peso de Julio Scherer en el gobierno de AMLO quedará más que claro.

La campaña en contra de “los corruptos de los ministros que ganan 600 mil pesos mensuales” será fácil de ganar para AMLO

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