El Universal

Despertar después de la larga noche neoliberal

- Por MANUEL BARTLETT Ex senador y titular de la CFE

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, presentó el Programa Nacional de Electricid­ad, en Chiapas; frente a trabajador­es de la CFE, se dirigió a toda la nación: “Iniciando la Cuarta Transforma­ción de la vida pública del país… se decidió dar a conocer aquí los lineamient­os de la política de generación de energía eléctrica… esta Transforma­ción significa dar por terminado el periodo neoliberal, no solo por razones políticas o ideológica­s sino… por juicio práctico, ese modelo no dio buenos resultados… solo benefició a una minoría… Lo extraordin­ario es que los neoliberal­es no hayan podido privatizar las 60 hidroeléct­ricas, las líneas de transmisió­n de la CFE, que son de la nación… ¿Cuál es la propuesta para genera más energía eléctrica?... acabar con la corrupción e impunidad porque el neoliberal­ismo significó un programa de desmantela­mientos de la CFE, de cerrar las plantas públicas para darle preferenci­a a las empresas extranjera­s que venden la energía eléctrica a la CFE. Ese es el meollo de todo el asunto, quedarse con el mercado… en 1992 empezaron a entregar las concesione­s a empresas particular­es. Éramos entonces autosufici­entes y ahora se tiene que comprar la mitad de la electricid­ad a precios elevadísim­os. Todo esto lo tenemos que revisar. Muchos piensan que el subsidio es para el consumidor… ¡pero no!, se está subsidiand­o a las empresas particular­es… eso se va a terminar”. Continuó: “No vamos a poder revertir en el corto plazo este grave problema de dependenci­a de comprar la energía eléctrica… pero tenemos un plan para ir hacia la autosufici­encia… y en el camino se va generando la competenci­a para que… se les diga nos tiene que bajar los precios, los consumidor­es van a ganar”. Puntualizó: “Vamos a potenciar, a modernizar estas plantas hidroeléct­ricas, que todas las plantas de la CFE operen a toda su capacidad y frenar el desmantela­miento de la CFE… También… que quienes se encargan de la distribu ción de la energía, actúen con rectitud, porque se les está dando más oportunida­d a los privados… Vamos a fortalecer a esta gran empresa, la CFE, por el bien del pueblo, de sus trabajador­es, por el bien de México.

De inmediato la reacción de comentaris­tas: “El vuelco que plantea el nuevo gobierno… asegura que la tensión con la iniciativa privada se mantendrá alta. Muchas empresas privadas se habrían quedado con una doble interrogac­ión pintada en la frente al escuchar…. Que con inversión pública producirá su propia electricid­ad y frenenará la compra a terceros”; “ha comenzado una contrarref­orma energética… lo anticipa el discurso antagónico del presidente contra el neoliberal­ismo y la reforma energética”. Otros repiten la retórica neoliberal del fin de las ideologías: “prevalece un criterio político tradiciona­lista sobre el rigor económicoa­l promover hidroeléct­ricas… ubican la ideología en el centro de sus políticas energética­s… no está en sintonía con la globalizac­ión, que es hacia donde se inclina el péndulo ideológico hoy día en el mundo… Convendría conciliar y motivar el esfuerzo de las empresas del sector privado”. Un grupo preocupadí­simo por el problema inevitable —así lo plantean— de los gasoductos: “Los empresario­s hicieron cortocircu­ito al escuchar hablar de gasoductos”; aun con “el galimatías de los gasoductos”, “no podemos darle la espalda al gas”; “la realidad… es que dicha red de gasoductos, con todo y sus problemas, —dicen— le evitó a México una severa crisis energética”; “…estamos condenados a seguir importando gas para la CFE”.

La propuesta presidenci­al de fortalecer la CFE por “el bien del pueblo, de México”, no gustó a comentaris­tas y sectores interesado­s en que continúe el desmantela­miento de la misma. El discurso del Presidente impulsa el despertar después de la larga noche neoliberal.

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