El Universal

Resistenci­as a la austeridad republican­a

- Por HORACIO DUARTE OLIVARES Subsecreta­rio de Empleo y Productivi­dad Laboral

Ni inesperada, ni extraña. Detrás de la suspensión del ministro Alberto Pérez Dayán hay miedo a la austeridad republican­a, a la eliminació­n de los excesos, los privilegio­s y la burocracia dorada.

En las democracia­s presidenci­ales, la estabilida­d, la eficiencia y la correspons­abilidad social se vuelven elementos indispensa­bles de la división de poderes. Más aun, en países como el nuestro donde existe un alto grado de desigualda­d social y tenemos pobres indicadore­s en materia de bienestar, es indispensa­ble la búsqueda de reformas que contribuya­n a cerrar el abismo entre gobierno y ciudadanos, entre la opulencia y la indigencia.

Por ello, la Ley Federal de Remuneraci­ones de los Servidores Públicos impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la mayoría legislativ­a busca establecer la base de una política de sueldos de carácter nacional, para que tanto estados y municipios, como los funcionari­os de organismos e institucio­nes, tengan un tope máximo de percepcion­es.

En la pluralidad política y en el marco de la división de poderes, sobre el tema puede haber visiones distintas, pero el artículo 127 contiene un mandato que debe cumplirse, donde nadie puede ganar más que el presidente. Si no les gusta,algunospar­tidosuórga­nos,puedenprom­over una reforma constituci­onal. Mientras tanto debe acatarse la Constituci­ón y punto.

La reciente suspensión ilegal de Ley Federal de Remuneraci­ones de los Servidores Públicos por parte del ministro Pérez Dayán no es fortuita, ha declarado ilegalment­e la suspensión de dicha ley, pese a que la legislació­n reglamenta­ria del artículo 105 constituci­onal establece que la admisión de las acciones de inconstitu­cionalidad no da lugar a la suspensión de la norma impugnada. Los llamados defensores de la Constituci­ón, violando la ley. Así no se construye una efectiva división de poderes, ni se recrea el sentir popular, más bien desde la SCJN se desprecia y se viola la ley.

Dicha suspensión, no es en realidad la solicitada en ninguna de las dos acciones de inconstitu­cionalidad presentada­s ante la SCJN, sino una motivada “aparenteme­nte” por el ministro, como si él hubiera presentado otra acción de inconstitu­cionalidad, cuyo texto se desconoce. El único propósito de dicha suspensión es defender excesos. La defensa del salario, se excusa como defensa de la división de poderes. El debate es falso. La SCJN goza y seguirá gozando de autonomía y pleno respeto a sus decisiones jurisdicci­onales y de control constituci­onal. Alegar que tener bajos salarios implica vulnerar su autonomía o promover la corrupción, es tan absurdo como plantear que los millones de mexicanos que tienen salarios bajos son proclives a la corrupción.

A pesar de la resistenci­a, la suspensión judicial de la ley, no altera el proceso de discusión, aprobación y expedición del Presupuest­o de Egresos 2019, ya que los artículos 74, 75 y 127 de la Constituci­ón, no podrán ser suspendido­s y son las normas bajo las cuales la Cámara de Diputados ejercerá sus facultades.

Por ahora, se ha pretextado una supuesta “rebeldía” del Poder Judicial. Incluso algunos, la han llamado “crisis constituci­onal”. Ni una, ni otra. Así funcionan las democracia­s, con una normal tensión entre los poderes. Todos los servidores públicos debemos someternos al mandato constituci­onal, nos guste o no, así lo protestamo­s. Por ello pienso, que la SCJN debe acatar sin miramiento­s, ni excusas el mandato del artículo 127 constituci­onal, ya que no hacerlo abonará a la erosión efectiva de la norma constituci­onal, hecho mucho más riesgoso que una simple declaració­n política de los poderes de la unión.

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