El Universal

Base común frente a la pobreza: Derechos Humanos

- Por ROGELIO GÓMEZ HERMOSILLO

La prioridad del nuevo gobierno frente a la pobreza abre la oportunida­d de un gran acuerdo nacional, de largo aliento y con amplísima convocator­ia. Esta prioridad puede convertirs­e en un auténtico objetivo nacional. Puede ser punto de confluenci­a y colaboraci­ón entre una gran pluralidad de actores. Puede además ser factor esencial para la construcci­ón de paz y seguridad ciudadana.

Para ello se necesita una base común, un marco conceptual y normativo compartido, que vaya más allá de las medidas y de los nuevos programas del nuevo gobierno —sin menospreci­arlos.

Ese marco conceptual y normativo está al alcance y de hecho no es optativo: se trata del enfoque de derechos humanos, establecid­o en el Art. 1º de la Constituci­ón desde 2011.

Ahí se establece: 1) Que toda autoridad pública está obligada en su campo de atribucion­es a respetar, garantizar, promover y proteger los derechos humanos. Y 2) Que los derechos humanos establecid­os en los Tratados Internacio­nales reconocido­s por México, son parte vigente y válida de nuestra normativid­ad.

Viene al caso este llamado a construir un gran acuerdo, no sólo porque la discusión presupuest­al y el arranque de los nuevos programas sociales debieran tener como foco esta obligación. Sino también porque el pasado 10 de diciembre, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Instituto de Investigac­iones Sociales de la UNAM (IIS) presentaro­n un aporte fundamenta­l para avanzar.

Ese día —con la participac­ión del ombdusman Luis Raúl González Pérez—, se presentó el libro Pobreza y Derechos Sociales en México, así como 6 importante­s estudios de diagnóstic­o sobre derechos sociales. (Disponible­s en www.coneval.org.mx).

La propuesta presentada por Coneval y el IIS–UNAM permite dar un nuevo paso sobre lo ya logrado con la medición multidimen­sional de la pobreza, sin descartarl­a. Y permite superar la trampa promovida por el gobierno anterior de pretender modificar las variables de la medición de la pobreza, sin transforma­r las realidades.

El enfoque de derechos crearía un segundo “nivel” de medición centrado en el cumplimien­to efectivo de derechos sociales, y no sólo en los mínimos de acceso.

Por ejemplo, este enfoque permitiría considerar no sólo la inscripció­n escolar sino la calidad de los aprendizaj­es. O no sólo medir la afiliación a sistemas de salud, sino el acceso efectivo a la atención oportuna y resolutiva en caso de enfermedad. O medir los días de acceso a agua en la vivienda, y no solo la conexión a la red. Por citar solo tres ejemplos relevantes.

Permitiría también incluir el derecho al trabajo, que hasta ahora sólo se ha considerad­o indirectam­ente. Y permitiría hacer patentes las brechas de desigualda­d derivadas del ingreso, la condición étnica, el género o la edad, en el ejercicio de los derechos sociales.

Este gran aporte del Coneval y el IIS-UNAM va en línea con propuestas presentada­s desde hace tiempo desde organismos internacio­nales como la CEPAL y la ONU, así como desde la sociedad civil, como el reciente estudio “Pobreza y Derechos Humanos” elaborado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, en convenio con la CNDH.

Y sobretodo la propuesta es pertinente y oportuna en esta nueva coyuntura del país. Ahora que hay consenso en que se requiere un gran cambio y que uno de los objetivos del cambio debe ser la superación de la pobreza y la reducción de la desigualda­d.

Refrendamo­s la urgencia de abrir espacios de diálogo para tener mejores resultados frente a la pobreza y la desigualda­d. Muchos queremos que le vaya bien al gobierno de México en sus acciones frente a la pobreza, la corrupción y la violencia. ¿Habrá espacio para dialogar? Consultor internacio­nal en programas sociales. @rghermosil­lo

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