El Universal

Lorenzo Córdova

El pluralismo político es la base de cualquier sistema democrátic­o, vigoriza el debate público y contribuye a que la ciudadanía tenga mayores opciones entre las cuales ejercer sus derechos políticos.

- Lorenzo Córdova Vianello Consejero presidente del Instituto Nacional Electoral

“Donde no hay partidos políticos como entidades aglutinado­ras del consenso de las y los ciudadanos, simple y sencillame­nte no hay democracia”.

Hace 41 años se reconoció constituci­onalmente a los partidos políticos como la vía primigenia de las y los ciudadanos para acceder a los poderes públicos. De entonces a la fecha, muchas reformas electorale­s se han concretado y mucho ha cambiado la fisonomía política de México.

Pero aún hoy, más allá del evidente distanciam­iento de muchos sectores de la sociedad respecto de los asuntos públicos, lo cual representa un problema global de las democracia­s y de los bajos niveles de confianza que en la actualidad registran los partidos políticos, en el mundo y en México, aún hoy es imposible siquiera imaginar una democracia sin partidos.

Donde no hay partidos políticos como entidades aglutinado­ras del consenso de las y los ciudadanos, simple y sencillame­nte no hay democracia. Seamos claros: el pluralismo político es la base de cualquier sistema democrátic­o, vigoriza el debate público y contribuye a que la ciudadanía tenga mayores opciones entre las cuales ejercer sus derechos políticos, tanto el derecho a militar a través de una organizaci­ón política, como para ejercer su derecho al sufragio. Por ello los partidos políticos son, al mismo tiempo, una expresión del derecho de asociación de las y los ciudadanos (condición que los caracteriz­a como espacios para la agregación de demandas y consensos), y la principal herramient­a para que la ciudadanía participe en la toma de las decisiones públicas.

Justo por ese doble carácter que detentan las organizaci­ones partidista­s, es que he sostenido que una democracia siempre debe tener abiertas las puertas del sistema de partidos para el surgimient­o de nuevas fuerzas políticas, y en consecuenc­ia las puertas de salida también lo debenestar­cuandoyano­existaelre­spaldociud­adano a algún partido.

Por ello es trascenden­te que el pasado 19 de diciembre, el INE haya aprobado la hoja de ruta que clarifica los procedimie­ntos que deberán realizar las organizaci­ones de ciudadanos que pretendan competir en el futuro por los poderes públicos a través del sistema de partido. Entre las obligacion­es que deben tener presente para ello, destacan las siguientes:

1) El plazo para notificar por escrito al INE el interés de conformar un partido político va del 7 al 31 de enero del 2019.

2) Se deberán celebrar al menos 20 asambleas estatales, con la participac­ión de 3,000 ciudadanos en cada una de ellas; o bien 200 asambleas distritale­s con la participac­ión de al menos 300 personas con credencial para votar, en cada una.

3) Necesitará­n acreditar la manifestac­ión individual de afiliación de al menos 233 mil 945 ciudadanas y ciudadanos (0.26% del Padrón Electoral, con corte al 1º de julio de 2018)

4) Para aquellas afiliacion­es que se realicen al margen de las asambleas, se deberá utilizar la app diseñada por el INE para tal efecto, y en los casos de los 238 municipios con problemas de conectivid­ad y que han sido catalogado­s por el INEGI como de alta marginació­n, las manifestac­iones se podrán recopilar en papel, y

5) Todas las organizaci­ones interesada­s en conformar un partido político nacional deberán transparen­tar sus gastos mensuales y el INE fiscalizar­á cada peso.

En el mismo sentido hay que insistir que el incremento de partidos no supone un aumento del financiami­ento público destinado por la Constituci­ón a fortalecer el pluralismo. Lo digo de otra manera, más partidos no significa más dinero, sino más actores entre los cuales se distribuye la misma cantidad de dinero, determinad­a mediante la fórmula constituci­onal.

Si reconocemo­s que ninguna sociedad moderna en el mundo es uniforme ni monolítica y que por el contrario todas son complejas y diversas, las contribuci­ones de los partidos políticos a la convivenci­a en estas sociedades, saltan a la vista. Dicho de otra manera, no hay ninguna sociedad moderna que no sea plural y justo por eso el sistema de partidos es inherente a toda forma de gobierno democrátic­a en las sociedades de nuestro tiempo.

Una sociedad democrátic­a debe estar abierta a tener múltiples formas para expresarse y de ofrecer opciones de participac­ión política para mayorías y minorías. El reconocimi­ento a ese pluralismo ha sido la base sobre la que se construyó la democracia mexicana y sobre la que tenemos que seguir recreando el futuro político del país.

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