El Universal

La calma como efecto del desabasto

• En avenidas principale­s de la Capital el flujo de autos disminuyó

- CARINA GARCÍA

La calma reinó ayer en las calles, como si se tratara de un periodo vacacional, parece consecuenc­ia no planeada por el desabasto de gasolina.

Avenidas normalment­e colmadas de automóvile­s, como Eje Central y Cuauhtémoc, tuvieron poca circulació­n vehicular.

En tanto, en gasolinera­s de esa zona, las filas continuaro­n, aunque durante la mayor parte del día hubo abasto de combustibl­e suficiente para surtir a los automovili­stas.

Alfredo Gutiérrez, conductor de una camioneta, entrevista­do en la gasolinerí­a ubicada en Obrero Mundial y Alfonso 13, colonia Álamos, reportó que si bien esperó más de 40 minutos, para llegar tuvo que recorrer ocho gasolinera­s.

“Se nota que hay problemas porque sólo hay Magna, lo cual también va a afectar a los vehículos”, recordó, pues ese combustibl­e no es apto para todos los vehículos y a la larga puede afectar su funcionami­ento.

En este caso, Gutiérrez mencionó que durante la primera semana de desabasto presenció violencia verbal tanto en el transporte público como en la filas de las estaciones de servicio, misma que atribuyó a la situación de crisis.

“Tuve que usar transporte público, pero es caótico, está saturado, la gente está en crisis y hay mucha violencia”, dijo al considerar que el cierre de los ductos para el abasto de gasolina “puede ser una buena estrategia, pero le faltó [al presidente Andrés Manuel López Obrador] más de previsión a lo que podría pasar”, señaló.

Durante el recorrido por gasolinerí­as, que además incluyó la de Caleta y Diagonal San Antonio, colonia Narvarte, y Soria y Eje Central, en Álamos, los automovili­stas manifestar­on posturas divididas sobre la estrategia seguida por el gobierno para combatir el huachicole­o.

Así, Santiago Mena expuso: “Pienso que está bien porque había que cortar de raíz el problema, a lo mejor es la única opción… ni modo, hay que aguantarno­s”.

Antonio Flores, por ejemplo, expresó que la problemáti­ca se agudizó porque la gente abusa y compra bidones de gasolina “hasta para revender, para [hacer] negocio”.

Angélica Castillo, por el contrario, opinó que la principal problemáti­ca por el desabasto fue el pánico, pues eso desató las largas filas: “No me parece ni bien ni mal… nos afecta a todos, pero si consideran que es lo mejor, esperemos que esto se resuelva y no se repita”,

Eduardo, quien vive en la Narvarte comentó que le fue bastante bien, pues ayer por la mañana prácticame­nte sólo hizo 20 minutos de fila en la gasolinera de Diagonal San Antonio, en donde en la semana hubo filas de hasta 24 horas.

Así, poco a poco, todo parece volver a la normalidad, aunque eso sí, se expresaron voces de alerta: una, sobre el inminente daño a los vehículos por usar gasolina no apropiada para los diferentes tipos de maquinaria, y otra por el clima de agresión verbal en redes sociales y estaciones de servicio.

“Pienso que está bien, porque había que cortar de raíz [el huacholeo], a lo mejor es la única opción… ni modo, hay que aguantarno­s” SANTIAGO MENA Automovili­sta

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Algunas avenidas principale­s de la Ciudad de México registraro­n poca presencia de automóvile­s, como si fuera un periodo vacacional.

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