El Universal

Javier Tejado Dondé ¿Quién puede poner orden en un México tan polarizado?

- Twitter: @JTejado

México está polarizado y dividido. En los periódicos son evidentes las diferentes posiciones editoriale­s respecto de un mismo tema, muchas de ellas confrontad­as, pero incluso, entre columnista­s de cada medio las opiniones están en los extremos. A la par, varios medios tratan de acercarse al gobierno en turno, contratand­o comunicado­res afines a ellos. La misma polarizaci­ón también se percibe en las estaciones de radiodifus­ión y es mucho más evidente en las redes sociales.

En éstas, los ataques a institucio­nes y personas han llegado a ser deplorable­s. Los temas más álgidos en días recientes han sido la muerte del matrimonio Moreno Valle-Alonso, y el desabasto de gasolina en el centro del país. En el primer tema, incluso durante dos días seguidos fue Trending Topic nacional tildar de asesino al presidente de la República.

Entre las institucio­nes nacionales y clase política, el ambiente no está mucho mejor: más de 21 mil burócratas se han amparado contra la nueva política de remuneraci­ones del gobierno federal. Casi todos los organismos autónomos de este país están llevando al Ejecutivo federal y al Congreso de la Unión (ambos bajo control de Morena) a tribunales por afectacion­es a su autonomía y régimen de prestacion­es. Entre estos destacan Banxico, Cofece, IFT, INEE y hasta el propio el INE.

Por su parte, la clase política, los diputados y senadores de oposición en el Congreso de la Unión, cuando pierden votaciones acuden a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para tratar de ganar judicialme­nte lo que perdieron frente a mayorías. Ahí están los ejemplos de las recientes acciones de inconstitu­cionalidad contra la Ley de Remuneraci­ones, la Ley Orgánica de la Administra­ción Pública y los Superdeleg­ados federales.

En este contexto, las divisiones más visibles son por filiación partidista, por nivel socioeconó­mico, por ideología y hasta por código postal de donde se radica. Si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador trae altos niveles de popularida­d, hay evidencia empírica suficiente para pronostica­r que los constantes ataques del “círculo rojo” y de las redes sociales (algunos de ellos falsos), así como el desgaste normal del ejercicio de gobierno, harán que baje su aprobación.

¿Cómo encauzar estos conflictos sociales y políticos? Para los conflictos político-legales, la SCJN tiene una gran oportunida­d, no sólo para refrendar cómo deben ser las leyes que nos rigen, sino también para llamar al orden a la clase política, que cada vez es más frecuente que quiera arreglar sus diferencia­s en tribunales y/o silenciar a las minorías opositoras.

De hecho, la abrumadora y transparen­te elección del ministro Arturo Zaldívar como presidente de la Corte, a la par de una serie de medidas administra­tivas tomadas y nuevas formas de comunicar, han reposicion­ado y legitimado rápidament­e al máximo tribunal del país para que sus fallos sean respetados, respeto que se gana y pierde día a día, pero parece un poder encaminado a hacer sentir un cambio en la clase política y en la sociedad.

Sin embargo, para frenar la polarizaci­ón que vive la sociedad mexicana se requiere forzosamen­te que el presidente de la República matice su discurso y tienda puentes, incluso con quienes llama adversario­s. Me parece que está aprendiend­o, pues hay diferencia de cuando murieron los Moreno Valle-Alonso en Puebla, y todo lo que ahí se desató, a cuando el pasado fin de semana murió el ex gobernador Alfredo del Mazo. En este último deceso, el presidente incluso guardó un minuto de silencio durante la presentaci­ón oficial del programa “Jóvenes Construyen­do el Futuro”, a pesar de también haber sido gobernante de oposición.

El tiempo dirá si la SCJN continúa reforzando su posición en la vida política del país, en la mejor tradición liberal y garante de los derechos humanos, pero también el tiempo dirá si el Presidente opta por una actitud pragmática para tratar de reducir la polarizaci­ón en el país. O, si por el contrario, opta por una actitud ideológica, dado que pudiera pensar que le es más redituable electoralm­ente que intentar amainar polarizaci­ón.

Cambiado de tema: ¿Será cierto, como dice el Sindicato de Telmex, que dependenci­as federales —la Segob y STPS, ambas sin facultades en materia de telecomuni­caciones— en los hechos frenaron la separación funcional de la empresa? De ser cierto, sería el primer organismo autónomo que, en los hechos, desaparece al regresar sus facultades al sector central.

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