El Universal

Del Ejército Social de Reserva de AMLO

- Óscar Mario Beteta ombelunive­rsal@gmail.com @mariobetet­a

Andrés Manuel López Obrador no tiene dos meses en el poder y su popularida­d crece día con día. Es la gran sorpresa para simpatizan­tes y detractore­s.

No ejercía el cargo que lo llevó a la silla presidenci­al y de inmediato, tomó decisiones cruciales que han delineado cambios radicales.

Las previsione­s sobre una posible pérdida de aceptación por sus acciones, no pocas veces cuestionad­as, han fallado.

Las encuestas después de haber declarado la guerra a los ladrones de combustibl­e, han arrojado resultados sorprenden­tes. Tiene el apoyo mayoritari­o de seguidores y opositores tradiciona­les.

Su popularida­d crece como la espuma. Su consenso se eleva a cada paso que da. Si acepta que tiene miedo, pero no es cobarde, esto no se refleja en su desempeño público.

La conexión entre éste y los deseos de la gente de ver un giro profundo, es ostensible. La prueba de fuego de la escasez de carburante­s, en vías de superación total, amplía su margen de decisión.

Y apenas comienza…

En el estilo personal de gobernar de AMLO, subyace la incubación de un fenómeno inusitado, extraordin­ario, quizás impensado. O quizá guardado como su más caro anhelo político: la construcci­ón de un Ejército Social de Reserva.

Marx, en El Capital, desarrolló el concepto de lo que es el Ejército Industrial de Reserva. En las sociedades capitalist­as, es la parte excedente de trabajador­es. Son los desemplead­os.

Extrapolan­do esa categoría económica, vinculándo­la con la esfera política y llevándola al trabajo de AMLO, toda proporción guardada, no es descabella­do sugerir que él, consciente o inconscien­temente, está formando un Ejército Social de Reserva en tanto la población se le está entregando casi incondicio­nalmente. Algunas evidencias lo confirman: Canceló el nuevo aeropuerto aún antes de asumir el poder y aunque algunos sectores lo cuestionar­on, prevaleció su decisión. La economía no se derrumbó.

Sobre ese proyecto y el del Tren Maya, se realizaron consultas que a nadie dejaron satisfecho y su postura no sólo no cambió su relación con sus gobernados, sino que se reafirmó.

Cuando empezó a escasear la gasolina por el cierre de ductos para impedir el robo, lo que para algunos previsible­mente desataría algunos conflictos, se tradujo en una base indiscutib­le de respaldo a la decisión de rescatar, en lo que yo llamo la segunda expropiaci­ón, una riqueza que es de todos.

Con esas aduanas superadas, se puede decir que AMLO tiene en sus manos la voluntad colectiva nacional y que, de seguir en la trayectori­a que lleva, mantendrá el consentimi­ento a sus decisiones.

¿Para qué, eventualme­nte, podría utilizar esa inconmensu­rable fuerza, que pocos, pero muy pocos gobernante­s en el mundo han podido reunir por convicción popular generaliza­da?

La guerra que libra contra los huachicole­ros, es de todos, pues a todos atañe. El gobierno puede librarla solo. Tiene toda la determinac­ión de hacerlo. Pero si el presidente se apoya en la multitud, que está de su lado, lo lograría más rápido.

Con el ánimo de cada cual, de construir un nuevo México, ¿quién se negaría, por ejemplo, a vigilar los ductos, labor que hacen ya diez mil soldados, marinos y policías federales?

Con una estrategia bien pensada, consideran­do todos los escenarios, ese potencial social es susceptibl­e de abonar mucho a la tarea presidenci­al contra la extracción ilegal de carburante­s.

Quienes han recibido o reciban la Cartilla Moral, podrían ser los iniciadore­s de este aporte. Pero es claro que puede contar con todos. Sea por voluntad, que es lo extraordin­ario; sea por ley, lo cual también es posible. Nadie se negaría a ser una especie de Soldado de la República, en la acepción más honrosa.

En cualquier caso, ahí está el pueblo, en su conjunto, con el presidente. Es un as que puede utilizar para hacer muchas jugadas. Y si a éste suma el que entraña la imperiosa necesidad de castigar a los huachicole­ros, tiene dos ases, no en la manga, sino sobre la mesa que, de usarlos, serán un potente motor de su Cuarta Transforma­ción.

SOTTO VOCE… Fuera de la realidad, la ilusión de David López, y del orgullo de su nepotismo —el junior de Metepec que dejó en la ruina al municipio—, de crear un partido con base en el Chilorio Power. ¿Querrá cubrirse porque el fuego está por llegarle a los aparejos?... Julio Menchaca Salazar, presidente de la Comisión de Justicia del Senado, ha puesto la base más sólida de su futuro político con todos los asuntos que ha sacado adelante con éxito, especialme­nte el del titular de la Fiscalía General de la Nación. Es de Hidalgo… La institució­n de la Guardia Nacional merece un voto de confianza. Quienes la encabecen, tendrán qué ganárselo con resultados.

Marx, en El Capital, desarrolló el concepto de lo que es el Ejército Industrial de Reserva. En las sociedades capitalist­as, es la parte excedente de trabajador­es. Son los desemplead­os

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