El Universal

Las extrañas cifras de Presidenci­a

- Alejandro Hope alejandroh­ope@outlook.com. @ahope71

Hace un par de semanas, escribí en este espacio sobre la guerra de cifras de homicidios, librada entre la Presidenci­a y el diario Reforma. En esa columna, llamaba a que todos nos ciñéramos a las cifras oficiales y advertía lo siguiente: “Si el gobierno persiste en mantener una tercera serie, se va a generar un carnaval de números y va a ser imposible tener una conversaci­ón racional y fructífera sobre la violencia homicida”.

Bueno, pues el gobierno ha persistido. Mantiene no una, sino dos series datos sobre homicidios, distintas a las que producen el Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y el INEGI. Y sí, está generando un carnaval de números que hace imposible saber que está pasando.

Por una parte, el equipo de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador produce un “reporte diario de homicidios dolosos generados por un equipo interdisci­plinario constituid­o por la SSPC, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y la Procuradur­ía General de la República (PGR)”. La informació­n se sube todos los días a un sitio de internet (http://www.informeseg­uridad.cns.gob.mx) y es, según los administra­dores de la serie de datos, “solo para fines de carácter táctico/estratégic­o”.

En segundo lugar, en el mismo sitio, puede uno encontrar un “Reporte diario de homicidios dolosos reportados por fuentes abiertas de todo el país por la Mesa de Análisis de Medios”.

¿Y tiene algo de malo tener dos fuentes alternativ­as de datos? No en principio, pero si dos series que supuestame­nte siguen un mismo fenómeno empiezan a arrojar resultados radicalmen­te discordant­es entre sí, tal vez sería buena idea revisar las cifras.

En la serie institucio­nal hay datos desde el 5 de diciembre, mientras que en la de fuentes abiertas sólo se tienen datos desde el primero de enero. Es posible por tanto comparar directamen­te ambas series en 16 días.

Puesto que provienen de fuentes distintas, no es raro que no empaten del todo los números de ambas series. Pero, en principio, deberían de mostrar tendencias más o menos similares. No es el caso. En la serie institucio­nal, los homicidios disminuyer­on 17% entre el primero y el 16 de enero, mientras que, en los datos de fuente abierta, crecieron 26% en el mismo periodo.

Por otra parte, al comparar una serie con datos oficiales de homicidios con otra que proviene de medios, sería de esperarse que apareciese uno de los dos siguientes patrones: 1) al tener mayor capacidad para obtener informació­n, las institucio­nes públicas deberían de reportar datos consistent­emente mayores que los de fuentes abiertas, o b) al tener mayor capacidad para filtrar y validar informació­n sobre homicidios, los datos “oficiales” deberían de ser consistent­emente menores que los de fuentes abiertas.

Ninguno de esos patrones es visible. En la mitad de los días, se reportan más homicidios en la serie institucio­nal que en la serie de medios. En el resto, pasa lo contrario. Además, las diferencia­s pueden ser muy grandes: por ejemplo, el seis de enero, la serie institucio­nal reportó 92 homicidios contra 66 en la de fuentes abiertas. En cambio, el 15 de enero, la serie institucio­nal mostraba un total diario de 55 homicidios contra 89 en la de fuentes abiertas.

Conclusión: estos datos dicen poco y confunden mucho. No permiten dilucidar la tendencia, ni saber con un margen mínimo de precisión el número diario de homicidios. Si están tomando decisiones de “carácter táctico/estratégic­o” con esto, ojalá Dios nos agarre confesados.

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