EL ORIGEN DE LA CARTILLA MORAL
La Cartilla Moral original fue escrita por Alfonso Reyes a petición de la Secretaría de Educación en 1944. Se editaron 10 millones de ejemplares pero al final no se distribuyeron
El manual, que AMLO desempolvó, fue creado en 1944 con el objetivo de formar ciudadanos solidarios.
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador repartió entre pobladores del Estado de México los primeros 10 mil ejemplares de un contenido llamado Cartilla Moral.
Todo comenzó 75 años atrás, cuando Jaime Torres Bodet, siendo secretario de Educación Pública (SEP), pidió al ensayista y escritor mexicano Alfonso Reyes una obra como material educativo de una Campaña Nacional contra el Analfabetismo, así fue como escribió la Cartilla Moral.
Era 1944, se había promulgado la Ley de emergencia para la campaña nacional contra el analfabetismo, losmexicanos que supieran leer y escribir debían enseñar a quienes no sabían, que entonces era casi el 80 por ciento de la población.
El propósito de Torres Bodet, de acuerdo con Felipe López Veneroni, académico de la UNAM, era promover principios ético-normativos y de moralidad pública, como el respeto por la vida, tolerancia a la diferencia, empatía y responsabilidad individual hacia el entorno social.
El contenido original eran 14 lecciones de temas como: el individuo, la familia, la sociedad, el derecho, el Estado, la cultura y la escuela, además, también exhortaba a amar y respetar al planeta como exigencia moral.
En los 40, durante su discurso de admisión a la Academia Mexicana, Jaime Torres Bodet habló de un “problema candente” de su tiempo: “una crisis ética”. López Veneroni explica que entonces México apenas salía de la violencia de la Revolución.
Además se vivía la impresión de una guerra mundial con campos de exterminio nazis. En este contexto, para Torres Bodet urgía reconectar la ciencia y la tecnología con las humanidades y la cultura.
La educación era fundamental en su objetivo, cambió su orientación de “socialista” a “democrática” al modificar el Artículo 3° constitucional.
En tanto, la socióloga Virginia Hernández explica en una investigación de la UNAM que la Cartilla Moral de respondía a las demandas de la época y pretendía nuevos ciudadanos.
“En este esfuerzo sin precedente se editaron 10 millones de cartillas, no sólo en español, sino en los idiomas indígenas, de cuadernos de escritura en todo el ámbito nacional… aunque editado, no fue distribuido ni en su momento”, afirma.
A parecer de López Veneroni, esta cifra no es inverosímil, pues para ese año no existía el programa de libros de texto gratuitos: “Es muy probable que aun cuando se editaran no se llegaron a distribuir porque, en aquella época, cuando se acercaba el cambio de gobierno…prácticamente se suspendían todos los proyectos y programas del gobierno para no opacar al candidato. Seguramente esas cartillas quedaron embodegadas o se destruyeron para reutilizar el papel.”
La socióloga dice que por razones que se ignoran, el mismo Torres Bodet la dejó fuera de circulación a pesar de que él la había pedido a Reyes.
En aquel entonces el padre del investigador entrevistado, Felipe López Rosado, era un funcionario de la SEP. Aunque no le dijo qué había pasado con dichos ejemplares, sí le contó que Torres Bodet le encomendó buscar autores que fomentaran los valores.
“Estas lecciones fueron preparadas al iniciarse la ‘campaña alfabética’ y no pudieron aprovecharse entonces. Están destinadas al educando adulto, pero también son accesibles al niño”. Con estas palabras Alfonso Reyes abre la lectura de la Cartilla Moral en el Prefacio de la edición publicada por su cuenta, antes de morir, en 1952 .
Luego de 40 años, con el gobierno de Carlos Salinas y cuando Ernesto Zedillo estaba a cargo de la SEP, se pidió a José Luis Martínez, un discípulo de Reyes, que actualizara la Cartilla Moral, “esto fue en el año de 1992 y se tiraron 700 mil ejemplares, pero dirigidos a los maestros, es decir, era un material de apoyo para la docencia y la formación de profesores”, subraya López Veneroni.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales comenta que ese proyecto no fue bien visto y varios ejemplares salieron de circulación, “el argumento entonces, como ahora, era que el Estado no tenía por qué normar la moral de los ciudadanos ni de los maestros”.
Fue esta adaptación de 1992 la que retomó el gobierno de López Obrador, acompañada con un mensaje suyo: “La difusión de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes es un primer paso para iniciar una reflexión nacional sobre los principios y valores que pueden contribuir a que en nuestras comunidades, en nuestro país, haya una convivencia armónica y respeto a la pluralidad y a la diversidad”.
Pero otra vez ha sido blanco de críticas.La polémica, a consideración de López Veneroni, se debe al término “moral”. Existe la percepción de que es un texto obligatorio, “las normas jurídicas son de observancia obligatoria. Las normas morales son, más bien, cuestión de educación y de elección personal”.