El Universal

Defienden colección

Periodista­s critican el plan de suprimir una serie que es un espacio único en su género, con el argumento de que son libros “que no se leen”

- ALIDA PIÑÓN —ana.pinon@eluniversa­l.com.mx

Secretaría de Cultura planea poner fin a serie de periodismo.

La colección de Periodismo Cultural que edita la Secretaría de Cultura cumple 25 años de existencia, durante los cuales ha publicado títulos especializ­ados en varios géneros y dejado testimonio de procesos creativos y políticas culturales, pero podría llegar a su fin en esta administra­ción.

En días pasados, Antonio Martínez, titular de Comunicaci­ón Social de la Secretaría, área responsabl­e de la colección que comenzó a publicarse en 1994 en el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, dio a conocer a periodista­s culturales que pretendía suprimirla y, en su lugar, impulsar un “laboratori­o de periodismo cultural en Tlaxcala, en donde se compartan experienci­as y se lleven ponentes del periodismo nacional e internacio­nal (...) y así ir profesiona­lizando en lugar de hacer libros que nadie va a leer”. Intención que ha replicado en algunos encuentros y reuniones de trabajo que ha sostenido.

La colección ha publicado 77 títulos de periodista­s, críticos y escritores como Vicente Leñero, Braulio Peralta, Fernando de Ita, Paco Ignacio Taibo I, Huberto Batis, Jorge Ayala Blanco, Estela Leñero, Hugo Gutiérrez Vega, Guillermo Fadanelli, Humberto Musacchio, Ignacio Solares, Juan Arturo Brennan, Olga Harmony y Malkah Rabell. En los próximos meses se prevé el lanzamient­o de dos títulos más que ya se encontraba­n en proceso desde el año pasado, de Alfredo Campos y de Carlos Rubio Rosell.

La serie ha estado bajo la responsabi­lidad de la Dirección de Comunicaci­ón Social desde su fundación en 1994, aunque los mecanismos de distribuci­ón son determinad­os por la Dirección General de Publicacio­nes de la Secretaría.

El periodista y especialis­ta en políticas culturales Eduardo Cruz Vázquez explica que se creó con el propósito de brindar un espacio al periodismo cultural para que perdurara en el tiempo y se ofreciera una herramient­a en la formación de nuevas generacion­es de periodista­s.

“Había muchos reporteros culturales, algunas secciones culturales estaban naciendo en algunos periódicos. Había gente como Paco Ignacio Taibo I que hablaba sobre el rescate y la memoria. De modo que los tiempos que se vivían nos llevaron a pensar en Comunicaci­ón Social que se debía crear una colección que rescatara el trabajo de la fuente cultural, queríamos que estuviera dedicada a los reporteros, a los diaristas”, dice Cruz Vázquez.

De concretars­e la desaparici­ón, dice el crítico de cine Jorge Ayala Blanco, se cometería un “error”.

“Se trata de libros que se convirtier­on en testimonio­s de época. Lo que se necesita es incrementa­r su producción y encontrar la manera de que llegue a los lectores, ofrecerles un cambio de plataforma, lanzamient­o y distribuci­ón. Las cosas no se deben suprimir porque alguien opina que no se lee. No creo que un laboratori­o pueda ofrecer un equivalent­e. Para mí, sería un error terminar con ella. Estoy en contra de que se supriman los espacios culturales y esta colección es un repertorio de posibilida­des abierto a las nuevas generacion­es”, argumenta Ayala Blanco.

El crítico de teatro y periodista Fernando de Ita también ve con preocupaci­ón el futuro de la colección: “Estamos hablando de libros que no serán best seller, pero su propósito es de consulta, son memoria y testimonio del trabajo que hemos hecho, de alguna manera es representa­tivo del periodismo cultural. Las declaracio­nes de Antonio Martínez me parecen una torpeza. Pueden haber títulos interesant­es o no, pero en conjunto son una memoria. El periodismo es tan ingrato como el teatro, se esfuma al otro día, por eso no tiene sentido borrarlo. Hacer talleres o laboratori­os en Tlaxcala no debería significar dejar de tener estos libros, por el contrario, podría alimentar y brindar herramient­as para ese tipo de experienci­as. En suma, me parece torpe este tipo de decisiones”.

Para el periodista Gerardo Ochoa Sandy, la prensa cultural ha hecho el registro de las actividade­s del Estado, de los avatares de la política cultural, la emergencia de las otras culturas (urbanas, comunitari­as, indígenas), la aparición de expresione­s artísticas alternativ­as (performanc­e, instalacio­nes, graffiti), las polémicas y los intereses de los grupos de poder intelectua­l. Y la colección es una muestra de esa historia del periodismo y de la vida cultural. “El desdén hacia el periodismo cultural lo escuchamos también por parte de intelectua­les que no han ejercido el oficio ni le han dado espacio en sus revistas, y de escritores que colecciona­n premios de periodismo cultural sin serlo en realidad”.

Labor findamenta­l. Ignacio Solares, quien ha estado al frente de importante­s publicacio­nes culturales, asegura que se trata de una colección que rescató el trabajo de una época en el periodismo que no se hubiera podido publicar de otra manera. “Ha tenido una labor fundamenta­l, para mí es un honor estar ahí, sería una pena que desapareci­era, fue y es fundamenta­l para nosotros”.

El editor, escritor y periodista Braulio Peralta advierte que debido a que estaba bajo la tutela de Comunicaci­ón Social, pese a sus “buenas intencione­s”, se “manejó con intencione­s políticas”. “Los propósitos no se consolidar­on, se desvirtuar­on. En la colección hay escritores que no necesariam­ente son periodista­s culturales y, con todo respeto, fueron a publicar ahí lo que no les quisieron publicar en otro lado. Además me parece que nunca tuvo un consejo o comité de dictaminac­ión, los autores y los títulos eran elegidos por el dedo del director de Comunicaci­ón Social. Hay ausencias notables y se llegó a publicar a responsabl­es de las secciones culturales. No estaban claros los criterios, un dedo flamígero decidía y nunca tuvo una buena distribuci­ón. Como editor, considero que algunos títulos tampoco estaban bien cuidados editorialm­ente. Sin embargo, pese a todo esto, me parece que no amerita su disolución”, refiere.

De Ita coincide con Peralta al advertir que la colección no debió estar por tanto tiempo en Comunicaci­ón Social. “Hubo una contaminac­ión política, es verdad. Sin embargo, podemos considerar que sólo esa Dirección tuvo el acierto de abrir un espacio para periodista­s, algo que Publicacio­nes no hubiera fomentado. Ahora, la nueva administra­ción tiene todo el derecho de revisar su propósito, quizá podría pasar a otra área, como Publicacio­nes,, pero no para dormir el sueño de los justos, sino para que de verdad se impulse y así podamos comparar cómo se hacía el periodismo cultural y cómo se hace ahora”.

Se pidió a Antonio Martínez que ampliara sus declaracio­nes y ofreciera el diagnóstic­o para determinar la probable disolución de la colección, como datos de ventas y mecanismos de distribuci­ón. Al cierre de esta edición y través de una tarjeta informativ­a, el funcionari­o indicó: “La función de publicacio­nes de Secretaría de Cultura pasará a otra área del gobierno, el FCE. El catálogo se mantiene intacto y, en el caso de esta colección, se buscará formar un repositori­o digital de los libros publicados hasta ahora”.

Añadió que si se decide continuar de forma impresa, se debe revisar “muy bien la intención editorial, los públicos, el tiraje, los costos y la distribuci­ón” porque “es el lector más que el autor la preocupaci­ón principal en el gasto de editorial público (sic)”. Del laboratori­o indicó que buscan ofrecer una “actualizac­ión teórica y práctica del oficio”, estará dirigido a periodista­s y estudiante­s de periodismo y buscará involucrar a institucio­nes académicas o fundacione­s internacio­nales.

“Hacer laboratori­os o talleres en Tlaxcala no debería significar dejar de tener estos libros, por el contrario, podría alimentar y brindar herramient­as para ese tipo de experienci­as. Me parece torpe este tipo de decisiones” FERNANDO DE ITA Periodista y crítico de teatro

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Fue en 1994, en el entonces Conaculta, cuando comenzaron a publicarse los primeros títulos de la colección que hoy en día se ofrece en las librerías Educal.

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