El Universal

Pipas, dudas y tragedia

- Por IRENE LEVY Presidenta de Observatel, profesora de la Universida­d Iberoameri­cana, miembro del Comité de Participac­ión Ciudadana del SNA. Este artículo refleja su posición personal @soyirenele­vy

Huachicol, compra de pipas, contrataci­ón de choferes, cierre de ductos, desabasto y muchas preguntas sin respuesta rondan al tema del combustibl­e que el viernes coronó un infierno marcado por imágenes dantescas de gente cubierta en llamas. No hay nada más legítimo que luchar contra el delito, pero la tragedia de Tlahuelilp­an, Hidalgo, no debe ser excusa para abandonar la exigencia de informació­n, transparen­cia y rendición de cuentas; por el contrario, provoca más dudas. Lo cierto es que en esta batalla hay varios temas que parecen no encajar, hay muchas cosas que no se entienden:

1. Se cierran ductos para combatir el robo de combustibl­e sin un “plan b” para el abasto alternativ­o, luego se abren y el saqueo se reinicia. ¿No era previsible que todo esto sucedería?

2. Se anuncia la creación de una comisión para comprar, de forma urgente, 500 pipas para distribuir combustibl­e y se anunció que esta compra forma parte del plan de distribuci­ón de gasolina para evitar desabasto en caso de una contingenc­ia que obligara a suspender el flujo por los ductos. Si se trata de una adquisició­n para un plan futuro, ¿dónde está la urgencia? ¿por qué serán las Fuerzas Armadas y no Pemex las encargadas del uso de las pipas?

3. El Presidente informó la contrataci­ón de 2 mil conductore­s de pipas que ganarán 29 mil pesos mensuales. Si las pipas son solo para uso eventual, ¿para qué se contratarí­an dos mil conductore­s fijos?

4. La comisión para la compra de pipas está integrada por la secretaría­s de Economía, de la Función Pública y Hacienda. La adquisició­n se está llevando a cabo de manera directa, sin licitación. ¿Qué lo justifica? La Ley de Adquisicio­nes, Arrendamie­ntos y Servicios del Sector Público establece tres formas de contrataci­ón: la licitación pública, la invitación a cuando menos tres personas y la adjudicaci­ón directa. La regla es que se contrate vía licitación pública, lo que implica convocator­ia, bases, así como asegurar al Estado Mexicano las mejores condicione­s en cuanto a precio, calidad y otras caracterís­ticas. La Ley también señala los casos de excepción, es decir, cuando se pueden adquirir bienes sin licitación, pero en ninguno de ellos parece encajar esta operación y, en todo caso, tampoco se han dado a conocer las razones jurídicas y el dictamen de procedenci­a de la contrataci­ón directa.

Cito, en lo conducente, el documento suscrito por Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, sobre cómo se combatirá la corrupción en este gobierno:

-Fomento de políticas de transparen­cia total para que cada peso público sea completame­nte vigilado a través de procesos de compras monitoread­as en tiempo real.

-Instituire­mos la obligatori­edad de programas de testigos sociales y contralore­s ciudadanos en todas las compras públicas.

-Haremos obligatori­os los ejercicios de licitación pública y concursos abiertos para todo tipo de adquisicio­nes.

- Las licitacion­es públicas serán en línea y con control social para todo tipo de compra.

- Las compras públicas cumplirán con criterios de eficiencia, transparen­cia, calidad, responsabi­lidad ambiental y social.

-La transparen­cia plena será nuestro instrument­o principal para combatir la irresponsa­bilidad.

Entonces, ¿por qué las contrataci­ones directas como las pipas o la distribuci­ón de tarjetas del bienestar a Banco Azteca? ¿dónde está el acompañami­ento social?

Por todo lo anterior, como ciudadana y miembro del Comité de Participac­ión Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrup­ción, solicité por escrito al presidente López Obrador el viernes pasado, mi voluntad de integrarme de manera inmediata y en calidad de observador a, ala comisión creada para comprar pipas. Copia de la carta fue entregada a cada una de las integrante­s de dicha comisión. Estoy en espera de la respuesta.

Comunicar e informar no es lo mismo, suscribo la preocupaci­ón que externó Daniel Moreno en su columna publicada ayer en Reforma “Derecho a saber”, dar conferenci­as diarias no es rendir cuentas. El pre si denteLó pez Obrador heredó un cochinero, no hay duda, y está demostrand­o valentía, pero esto no justifica la falta de transparen­cia, datos, rendición de cuentas y cumplimien­to de la ley. ¿O será que ya estamos en un estado de excepción de facto?

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