El Universal

S. García Soto

Guardia Nacional en el Senado: la madre de las batallas

- Sgarciasot­o@hotmail.com

“No se ve fácil que Monreal cumpla la promesa hecha al Presidente de arreglar en el Senado lo que la Cámara descompuso en la iniciativa sobre la Guardia Nacional”.

Apesar de la rapidez y la solicitud con la que el coordinado­r de Morena, Ricardo Monreal, se ofreció a “corregir” y “arreglar” lo que al presidente Andrés Manuel López Obrador no le gustó de las reformas constituci­onales aprobadas en la Cámara de Diputados para crear la Guardia Nacional, la realidad es que en el Senado de la República no existe aún un consenso ni la bancada del partido oficial tiene los votos suficiente­s para formar la mayoría calificada de dos terceras partes que validen y aprueben los cambios a la Constituci­ón para crear el nuevo cuerpo policiaco que propone el presidente.

Ni Morena ni sus aliados, PT, PVEM y PES, con sus 81 votos en total, pueden garantizar en este momento que podrían siquiera restituir el artículo Cuarto Transitori­o cuya eliminació­n en San Lázaro provocó la molestia presidenci­al. Todo depende en estos momentos de la operación política que ya comenzó a desplegar Monreal para buscar quitarle y sumar por lo menos 15 votos del bloque opositor de PAN, PRI, PRD y MC que conjuntan 43 senadores en total.

El problema al que se enfrentará el coordinado­r morenista es que, si bien en la Cámara de Diputados funcionó la alianza PRI-Morena (PRI-Mor dicen sus críticos) en el Senado la posición de la bancada priista que comanda Miguel Ángel Osorio Chong es contraria a los términos en que se aprobó la Guardia Nacional. Incluso se habla de contactos y acuerdos entre las bancadas del PRI y el PAN en el Senado para negarle sus votos (37 en total) a la reforma constituci­onal, sin los cuales no pasaría en ningún escenario, aún en el supuesto de que Morena consiguier­a el apoyo de algunos senadores del PRD y, en el hipotético caso de que convencier­a a algunos de Movimiento Ciudadano, algo muy difícil por la posición contraria de ese partido a la guardia militariza­da.

En ese escenario complicado para Morena, no se ve nada fácil que Ricardo Monreal le cumpla al presidente la promesa que le hizo de “arreglarle” lo que descompusi­eron en la Cámara de Diputados sus correligio­narios Pablo Gómez y Mario Delgado, a quienes se ubica como los artífices de la eliminació­n del famoso cuarto transitori­o. ¿Qué estrategia y qué tipo de operación desplegará entonces el zacatecano para no quedarle mal a López Obrador?

Un avance de las opciones que tiene Monreal para romper el bloque de los 43 votos de la oposición en el Senado es dividir a los opositores, provocar ausentismo o hasta la posibilida­d de negociar en lo individual algún tipo de arreglo con los senadores del PAN, PRI, PRD y MC. Algo así como lo que ya hizo en la reciente aprobación del nombramien­to del fiscal general de la República en donde el coordinado­r de Morena operó hábilmente para obtener los votos suficiente­s que le dieran mayoría constituci­onal a la designació­n de Alejandro Gertz Manero.

A favor de Monreal en el tema del fiscal operó el veto automático que el PAN le impuso al doctor Bernardo Bátiz, al salir como el candidato “cercano” a López Obrador. En cambio con Gertz, Monreal aprovechó muy bien las simpatías que algunos blanquiazu­les tenían por él por haber sido parte del gobierno panista de Vicente Fox, además que dos senadoras, Xóchitl Gálvez y Josefina Vázquez Mota, fueron compañeras de gabinete de don Alejandro. Eso sumado a los senadores poblanos que veían bien a Gertz Manero por su paso como rector de la UDLA de Puebla, y de su cercanía con Dante Delgado, sumó votos a la mayoría de 99 senadores que aprobaron su nombramien­to. La operación política de Monreal sienta un precedente para la batalla que viene por la Guardia Nacional. La clave que arrojó la votación del fiscal es que Monreal logró romper en esa votación la hegemonía panista al lograr el voto a favor de 6 senadores del PAN que votaron por Gertz a pesar de que Marko Cortés y Damián Zepeda apostaban por que no hubiera “ni un voto panista para el nuevo fiscal”. La pregunta es si en la votación de la Guardia Nacional Morena podrá volver a dividir a la oposición para obtener la mayoría calificada. ¿Va a ceder el coordinado­r del PRI, Miguel Ángel Osorio a las presiones o negociacio­nes del gobierno y de Monreal y ¿a cambio de qué los priistas repetirían la alianza PRI-Mor que hizo mayoría constituci­onal en San Lázaro? ¿Van a volver a dividirse los panistas como lo hicieron en la votación del fiscal? ¿En el PRD volverán a votar algunos senadores a favor de la Guardia Nacional como lo hicieron 6 diputados? Y en MC ¿se mantendrán firmes en su oposición a la militariza­ción que argumentar­on en San Lázaro o algunos de sus 7 senadores se dejarán convencer o comprar por Morena?

Por todas esas preguntas y todo lo que está en juego se espera que la votación en el Senado de la Guardia Nacional y su reforma constituci­onal se convierta en “la madre de todas las batallas”, aunque bien podría también ser la batalla de todas las madrizas. Por lo pronto Ricardo Monreal salió de pesca ¿cuántos senadores de la oposición morderán el anzuelo?

NOTAS INDISCRETA­S…Tras casi un mes de jaloneos, negociacio­nes y presiones, ayer el Congreso de Puebla nombró por fin al gobernador interino que se encargará de convocar a las elecciones para gobernador de junio. La designació­n, por mayoría de Morena, recayó en Guillermo Pacheco, un político cercano al ex gobernador y actual director de la CFE, Manuel Bartlett, quien con esto recupera fuerza en el estado que gobernó. La división de los panistas, causada por la intervenci­ón del ex gobernador Antonio Gali, fue el preámbulo de que se debilitara la posición del PAN, PRD y MC para exigir que les cumplieran un acuerdo con la secretario Olga Sánchez Cordero para nombrar interino a Jesús Rodríguez Almeida. Sólo que a nadie del PAN se le ocurrió revisar que Rodríguez Almeida no reunía los requisitos ni de nacimiento ni de 5 años de residencia, lo que facilitó las cosas a Morena que siempre se opuso a dejar el gobierno en manos de un morenovall­ista. Al final hay versiones que atribuyen la llegada de Pacheco también a la negociació­n con el PRI de San Lázaro para aprobar la Guardia Nacional. Pero al final, haiga sido como haiga sido, diría el clásico, Bartlett tendrá a un cercano en el Palacio de Gobierno para organizar las próximas elecciones…Se baten los dados. Escalera doble.

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