El Sistema que calma la sed de la ciudad
El sistema Cutzamala es de los más grandes del mundo. Su construcción inició en los años 70 y fue en tres etapas. Hoy abastece a más de 20 millones de habitantes en la capital
Para muchos mexicanos no tener agua, o tener muy poca, es algo de todos los días. Pero ¿te has preguntado ¿de dónde proviene el agua que usamos en la Ciudad de México y cómo se transporta?
Se necesita de un sistema que trasporte este recurso natural de otros estados hacia el Valle de México. A lo largo de la historia ha habido muchos sistemas y obras que lo han hecho.
Uno de ellos es el Sistema Cutzamala, que por cierto es uno de los suministros de agua potable más grandes del mundo.
La palabra proviene del náhuatl kosamatl que significa “comadrejas”. “Cutzamala” quiere decir “lugar de comadrejas”. El Sistema Cutzamala transporta el agua desde Michoacán, donde inicia, pasando por el Estado de México y llegar a la capital.
Tiene una longitud de 322.32 km, lo equivalente a la distancia entre Acapulco y la Ciudad de México. Actualmente es el responsable de abastecer de este líquido a más de 20 millones de habitantes desde 1974.
Se construyó para solucionar la problemática de la escasez en el Valle de México, la cual comenzó a hacerse más latente a mitad del siglo XX.
En el Valle de México existe lo que se conoce como “paradigma hidráulico”, es decir, coexisten en el mismo lugar dos problemas que parecen contradictorios: exceso y escasez de agua. Lo que sucedió fue que por siglos el Valle de México se vio afectado por inundaciones, para lo cual se crearon obras hidráulicas que permitieran la expulsión del agua fuera del Valle, lo que a su vez provocó que el líquido faltara en varios lugares.
Para resolver se buscaron caudales fuera de la capital. Esta idea no era nueva, pues en la época prehispánica se construyeron obras como el acueducto de Chapultepec y en la Colonia el acueducto de Santa Fe.
A inicios del siglo XX se rescataron antiguos proyectos para traer agua, esta vez de la cuenca de Lerma, Estado de México. Así fue como inició la construcción del llamado “Sistema Lerma” de 1942 a 1951.
En los nueve años que duró la obra se incrementaban las dificultades técnicas y económicas y para finales de la década de los setenta ya no podía negarse el agotamiento del manto acuífero del Lerma y para protegerlo se optó por nuevas soluciones.
El Gobierno Federal inició la construcción de un nuevo sistema de abastecimiento de agua en el Estado de México e Hidalgo, mediante pozos y acueductos, al que llamaron “Plan de Acción Inmediata” (PAI) mismo que operó en 1974. Pero también fue considerado insuficiente.
Ante esta nueva problemática, en la década de los sesenta inició la evaluación de otras alternativas y no dañar más los acuíferos sobreexplotados del Valle de México y del río Lerma.
Fue entonces que la Secretaría de Recursos Hidráulicos propuso una docena de proyectos que incluían las regiones de Papaloapan, Tepalcatepen, los volcanes de Itzaccíhuatl y Popocatépetl y el Alto Balsas (en donde se encuentra el río Cutzamala).
Dichos proyectos fueron evaluados por el presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien buscando una inversión mínima y que el tiempo de construcción fuera más rápido, optó por la opción del Cutzamala.
El Sistema Cutzamala se diseñó y construyó por orden del presidente José López Portillo, quien inauguró la primera etapa, de tres, en 1982.
Durante la primera, que inició en 1976, se aprovechó el mismo túnel del Sistema Lerma para ingresar el caudal del Valle de México, se construyó una planta de bombeo y un acueducto de 77 km de longitud.
La segunda etapa se concluyó en 1985 y permitió captar agua de la presa de Valle de Bravo. La tercera inició operaciones en 1993 y añadió caudales de las presas Colorines, en el estado de México y de Tuxpan y del Bosque en Michoacán. Con las tres etapas se pretendía suministrar 19 metros cúbicos de agua por segundo al Valle de México.
Así, el Cutzamala es uno de los sistemas de suministro de agua potable más grandes del mundo, no sólo por la cantidad de agua que transporta, sino por el desnivel que vence. Está conformado por un total de siete presas y seis estaciones de bombeo que en conjunto emplean 2 mil 280 millones de kilowatts por hora. Las bombas llevan el agua a su punto más alto, a 2 mil 702 metros sobre el nivel del mar, lo que equivale a 12 veces la altura de la Torre Mayor de la capital.
Una cuarta etapa estaba programada para el año 2000 y aportaría 5 metros cúbicos más por segundo, pero tampoco se concretó, el costo y beneficio no justificaba para las autoridades ampliar la obra.
El gobierno ha optado por no construir nuevas captaciones de agua, sino dar mantenimiento a las ya existentes. Por ello, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) realiza cortes de agua para hacer estas obras de reparación y mantenimiento, únicos días en los que reflexionamos en cómo aprovecharla y cuidarla mejor.